Objetivos de desarrollo sostenible, entre la ciencia ficción y la utopía


En el mes mayo de 2016 ya hicimos mención en este blog, al hilo de la entonces preocupante sequía en Panamá, de las distinciones existentes entre dos de los conceptos más importante que sirven para elucidar el futuro: ciencia ficción y utopía. Siguiendo ese hilo, hoy vamos a tratar sobre los retos del futurodelagua, planteados por la ONU.  ¿Son ciencia ficción  o utopía?.

Es utópico lo que expresa añoranza por un modo de convivir humano en un ámbito de honradez, cooperación, justicia, equidad, respeto por el prójimo e integración con la naturaleza en armonía, desterrando la miseria y eliminando el abuso sistemático como modo de vivir. Ciencia ficción es la extrapolación del presente tecnológico, consecuencia exclusiva del devenir histórico. Por eso dicen que dijo Doris Lessing que “la ciencia ficción es el dialecto de nuestro tiempo”.  Probablemente sea porque se ha hecho inteligible y atractiva para la  mayoría al mantener una característica “seductora”, como es la capacidad de crear escenarios que inspiren debates filosóficos, sociales o científicos sobre la naturaleza del hombre y de la sociedad, plantear dudas, señalar peligros o buscar respuestas.

No siendo filosofía, la ciencia ficción del futurodelagua intenta dar respuesta a las “preguntas últimas” mediante el ejercicio de la ficción: qué futuro hídrico espera a la humanidad, qué nuevos avances científicos se producirán y qué consecuencias traerán para mejorar la gestión del agua. Cuántos seremos y dónde residiremos, cómo se adaptarán nuestros países, nuestras sociedades a los recursos disponibles.

Si  tendrá el agua ( y el ser humano) valor suficiente como para guerrear  por ella… Por ahora, mientras llega el futuro, convinamos con Einstein en que “La imaginación es más importante que el conocimiento” y repasemos los retos planteados por la ONU, en un dialecto inteligible, al menos por ahora y tan imaginativo como para ser utópico, o eso esperamos. Decida el lector si estos objetivos son  ciencia-ficción, utopía o mensajes confiables para resolver los acuciantes problemas que a todos nos preocupan y a algunos les ocupan.

El futuro del agua para la ONU se resume en los llamados “Objetivos de Desarrollo Sostenible”. En agosto de 2015 se presenta la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, auténtico plan de acción en favor de las personas, el planeta y la prosperidad que persigue  fortalecer la paz universal dentro de un concepto más amplio de la libertad y reconoce que la erradicación de la pobreza en todas sus formas y dimensiones, incluida la pobreza extrema, es el mayor desafío a que se enfrenta el mundo y constituye un requisito indispensable para el desarrollo sostenible.

Este plan será implementado por todos los países y partes interesadas mediante una alianza de colaboración que libere a la humanidad de la tiranía de la pobreza y las privaciones, curando de sus heridas y protegiendo al planeta de las que vengan. Proclama la firme decisión de llevar a cabo medidas audaces y transformativas urgentes para reconducir al mundo por el camino de la sostenibilidad y la resiliencia.

Define 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible y 169 metas para conseguirlo, reforzando los derechos humanos de todos, la igualdad entre los géneros y el empoderamiento de todas las mujeres y niñas. Los Objetivos y las metas integran las tres dimensiones del desarrollo sostenible: económica, social y ambiental y estimularán durante los próximos 15 años la acción en todas las esferas de importancia crítica para la humanidad y el planeta. Así pues, 2030 es el año clave para cumplir los objetivos

Los dedicados al agua y el saneamiento (ODS 6), en número de ocho, pretenden «garantizar la disponibilidad y la gestión sostenible del agua y el saneamiento para todos» mediante las metas de la citada Agenda. Para saber en qué estado se encuentra cada reto se utilizan indicadores que permiten a los países participar en el seguimiento a escala mundial de los objetivos y actuar sobre ellos de acuerdo con sus posibilidades.

Si bien está internacionalmente asumido que el ámbito de la cuenca hidrográfica es el ideal para gestionar el agua, también lo es que la mayoría de las cuencas del mundo con verdaderos problemas de gestión son internacionales.

Por ello la ONU enfatiza que la gestión de una cuenca prime sobre la gestión cada país a ella  perteneciente. Y cuando esa cuenca pertenece solo a un país, la ONU también advierte que  hay que  abandonar el desarrollo y la ordenación sectoriales de los recursos hídricos y adoptar un planteamiento más integrado que equilibre las distintas necesidades de manera acertada.

Revisemos los objetivos:

  1. AGUA POTABLE:                                                                                                                                        «Para 2030, lograr el acceso universal y equitativo al agua potable salubre a precios asequibles para todos»

El agua «para todos los hogares», debe estar exenta de contaminantes, mediante un tratamiento cuyo coste dependerá directamente de la calidad del agua en el punto de captación. Todo el mundo está de acuerdo en que esto sea así, pero es importante saber que si bien nueve de cada diez personas en el mundo tienen acceso a una fuente “mejorada” de agua potable, que la propia ONU define como

  • Canalización que llega a la vivienda, parcela, jardín o patio.
  • Canalización que llega a la propiedad vecina.
  • Grifos públicos
  • Pozo entubado
  • Pozo excavado protegido de la intemperie
  • Manantial protegido de la intemperie
  • Agua de lluvia

esto no quiere decir que el agua sea potable. El esfuerzo en potabilizar es inmenso y el coste, equiparable a ese esfuerzo. No será fácil que el precio sea “asequible para todos”, como indica el epígrafe, porque se trata de conseguir agua exenta en todo momento de agentes patógenos y de niveles altos de sustancias químicas tóxicas y porque el coste de los servicios no deberá constituir un obstáculo para el acceso ni impedir a las personas satisfacer otras necesidades humanas básicas.

Los indicadores en este caso serían la proporción de la población que utiliza servicios de agua potable administrados de forma segura, la calidad del agua en hospitales, escuelas y centros de trabajo y el tiempo que se tarda en ir a y volver de buscar agua a un punto seguro.

2 – SANEAMIENTO E HIGIENE.

«Para 2030, lograr el acceso a condiciones de saneamiento e higiene adecuadas y equitativas para todos, y acabar con la práctica de la defecación al aire libre, prestando especial atención a las necesidades de las mujeres y las niñas y de quienes se encuentran en situaciones vulnerables»

«Adecuadas» son las que garanticen la ausencia de  contacto humano con excrementos a lo largo de la cadena de saneamiento, sea mediante una contención segura y su eliminación in situ, sea mediante un transporte seguro y el tratamiento/reutilización de los locales.  La higiene, que comprende prácticas como lavarse las manos con agua y jabón después de defecar y antes de preparar y consumir alimentos, es igualmente importante para limitar la propagación de enfermedades contagiosas.

Pero desgraciadamente, 2.400 millones de personas siguen utilizando instalaciones sanitarias deficientes y la tercera parte de ellas defeca al aire libre, lo que supone que este objetivo sea uno de los que peor situado se encuentra, sobre todo en estos momentos en los que los campamentos de refugiados proliferan por doquier. El indicador principal en este caso es el porcentaje de población que utiliza servicios de saneamiento seguros y no los comparte con otras familias, mediante inodoros que evacúan a sistemas de alcantarillado, fosas sépticas y letrinas de pozo con una losa o ventiladas, o inodoros de compostaje.

  1. CALIDAD DEL AGUA Y GESTIÓN DE LAS AGUAS RESIDUALES                                       «Para 2030, mejorar la calidad del agua reduciendo la contaminación, eliminando vertidos y minimizando la emisión de productos químicos y materiales peligrosos, reduciendo a la mitad el porcentaje de aguas residuales sin tratar y aumentando considerablemente el reciclado y la reutilización sin riesgos a nivel mundial».

El objetivo es proteger tanto la salud de los ecosistemas como la humana, eliminando, minimizando y reduciendo significativamente los vertidos al medio procedentes de aguas residuales domésticas, de comercios e industrias, de escorrentías de drenaje urbano y de contaminación difusa agraria.

Aunque existan pocos datos sobre el tratamiento de las aguas residuales a escala mundial, se  estima que aproximadamente un 80% de todas las aguas residuales generadas en el mundo se vierten sin ningún tratamiento.

El indicador principal es el porcentaje de aguas residuales tratadas de forma segura, con datos desglosados por nivel de tratamiento (primario, secundario o terciario), por fuente de emisión (hogares, actividad económica) y por medio receptor (agua dulce, mar o suelo), con  datos desglosados por masa de agua y parámetro de la calidad del agua. Otros indicadores serían el reciclado y la reutilización

CONSUMO Y ESCASEZ DEL AGUA 

«Para 2030 el reto es aumentar sustancialmente la eficiencia en el consumo de agua en todos los sectores y lograr una extracción y un abastecimiento sostenibles de agua dulce para hacer frente a la escasez de agua, y reducir sustancialmente el número de personas que la padecen»

El objetivo es conseguir que haya agua suficiente para las personas, la economía  y el medio, aumentando la eficiencia en el consumo de agua en todos los sectores de la sociedad. Satisfacer las necesidades hídricas ambientales significa dejar en el medio hídrico agua suficiente para sustentar sus procesos naturales y así mantener la salud y la resiliencia de los ecosistemas. Aumentar la eficiencia en el consumo de agua significa generar más productos por volumen de agua extraída (por ejemplo, más cosechas por metro cúbico de agua), entre otras cosas reduciendo pérdidas en redes de distribución. El componente relativo a la eficiencia en el consumo mantiene estrechas sinergias con el reciclado y la reutilización del agua, la producción sostenible de alimentos, el crecimiento económico, las infraestructuras y la industrialización, las ciudades y los asentamientos humanos, el consumo y la producción.

Los recursos en agua dulce abundan en todo el mundo y solo el 9% es extraído para uso humano, industria, regadío y usos lúdicos. Pero están repartidos de modo desigual tanto entre regiones como en  cada país. En 2011, 41 países experimentaron un estrés hídrico y 10 de ellos extrajeron más del 100% de sus recursos renovables. La escasez de agua –tanto física como económica debido a una mala gestión- afecta en la actualidad a más del 40% de la población mundial.

El indicador  principal a medir es lo que produce una actividad económica por volumen neto de agua extraída por cada actividad económica y comprende el consumo de agua para todas las actividades económicas. Se centra en la agricultura (excluida la parte generada por la agricultura alimentada por agua pluvial), la industria manufacturera, la electricidad y la derivación, almacenamiento, tratamiento y suministro de agua (velando por una distribución eficaz y la reducción de las fugas en las redes). Observando los cambios a lo largo del tiempo, los valores sectoriales pueden resumirse en uno solo.

Otro indicador es el nivel de estrés hídrico o relación entre la extracción de agua dulce total por todas las actividades económicas y los recursos renovables en agua dulce totales, después de haber tomado en cuenta las necesidades hídricas ambientales (también conocida como intensidad de la extracción de agua), es decir los impactos y presiones que sufren las diversas masas de agua.

5 – GESTIÓN DE LOS RECURSOS HÍDRICOS

«Para 2030, implementar la gestión integrada de los recursos hídricos en todos los niveles, incluso mediante la cooperación transfronteriza cuando proceda».

El reto es deconstruir la gestión fragmentada de los recursos hídricos, derivada de la dependencia del agua de muy diversos sectores productivos, que provoca inevitables conflictos cuando estos recursos son limitados y desde luego no ayuda en absoluto a elevar el bienestar económico y social sin comprometer la sostenibilidad de los ecosistemas. Poco ayuda a este tipo de gestión tradicional el hecho de que la mayoría del agua dulce del mundo circula por cuencas transfronterizas, pues no es sencillo que la cooperación entre países limítrofes fluya sin dificultad en estos ámbitos.

El objetivo es reunir a las partes interesadas de todos los sectores y regiones para integrar su gestión, hacerla sostenible y conseguir disponer de agua en cantidad y calidad suficiente para las personas y para todos los sectores económicos, mejorando además  la resiliencia global frente a los desastres relacionados con el agua.

En el informe de las Naciones Unidas de 2012 sobre la situación de la aplicación de los enfoques integrados para la gestión de los recursos hídricos para Río+20, el 65% de los países participantes informaron de que disponían de planes para la gestión integrada de los recursos hídricos en el plano nacional, y en más de la mitad de los países la implementación se encontraba en una fase avanzada. En total el 54% de los países informaron de su empeño en aplicar acuerdos transfronterizos para cuencas específicas. Además, el derecho consuetudinario internacional sobre el agua estipula que los Estados deben cooperar en la gestión de las aguas transfronterizas y sus principios más destacados figuran en los instrumentos de las Naciones Unidas antes mencionados; fuera de los Estados insulares sin frontera terrestre o de los países que no tienen aguas transfronterizas, procede cooperar en materia de aguas transfronterizas.

El indicador es el grado de aplicación de la gestión integrada de los recursos hídricos ( evaluando las políticas, las instituciones, los instrumentos de gestión y la financiación.

6  ECOSISTEMAS RELACIONADOS CON EL AGUA

«Para 2020, proteger y restaurar los ecosistemas relacionados con el agua, en particular montañas, bosques, humedales, ríos, acuíferos, galciares y lagos»

El reto es detener el deterioro y la destrucción de esos ecosistemas y contribuir a la recuperación de los que ya están deteriorados y destruidos, porque el 64% de los humedales del mundo han desaparecido desde 1900 y si la comparación se establece con respecto a 1700, se estima que se ha perdido el 87% de ellos. Por lo tanto, el indicador es el cambio con el tiempo en la extensión de los ecosistemas relacionados con el agua y la salud de los ecosistemas resultante. Y el objetivo es que de aquí a 2030, se amplíe la cooperación internacional y el apoyo prestado a los países en desarrollo para la creación de capacidad en actividades y programas relativos al agua y el saneamiento, como los de captación de agua, desalinización, uso eficiente de los recursos hídricos, tratamiento de aguas residuales, reciclado y tecnologías de reutilización. De hecho, en 2014, se desembolsaron más de 7 millones de dólares en concepto de asistencia oficial para el desarrollo destinada concretamente al abastecimiento de agua y el saneamiento.

7  PARTICIPACIÓN DE LAS PARTES INTERESADAS

«Apoyar y fortalecer la participación de las comunidades locales en la mejora de la gestión del agua y el saneamiento»

Se pretende que a través de la participación en la planificación y la gestión de los recursos hídricos y el saneamiento se consiga que las soluciones técnicas y administrativas decididas se ajusten al contexto socioeconómico y hagan comprensible las repercusiones de una decisión relativa al desarrollo, propiciando la implicación local en la aplicación de las soluciones a fin de lograr una sostenibilidad duradera. O sea, generar herramientas para seducir. Si bien  un 80% de los países tienen claramente definidos y legislados los procedimientos para la participación de las partes interesadas en programas de planificación en materia de agua, menos de la mitad de ellos han alcanzado un grado «moderado» de ejecución. Asimismo, en los informes oficiales de las Naciones Unidas sobre la situación de la gestión integrada de los recursos hídricos de 2012, el 86% de los países respondieron que disponían de un mecanismo para la participación de las partes interesadas, pero solo el 38% podían informar de una «fase avanzada» de ejecución. El indicador  es el número de unidades administrativas locales con políticas y procedimientos establecidos y operativos para la participación de las comunidades locales en la gestión de los recursos hídricos y el saneamiento

 

  1. ESTABLECIMIENTO DE UN MARCO COHERENTE PARA EL SEGUIMIENTO MUNDIAL DEL ODS 6

Se pretende que a través del sistema de ONU-Agua, los Estados Miembros dispongan del apoyo necesario  para el seguimiento mundial del ODS 6.

El Programa Conjunto OMS/UNICEF de Control del Abastecimiento de Agua y del Saneamiento, cuenta con 15 años de experiencia de seguimiento de los ODM. Para las nuevas metas sobre el tratamiento de las aguas residuales y la calidad del agua, el consumo de agua y la eficiencia de su uso, la gestión integrada de los recursos hídricos y los ecosistemas relacionados con el agua se está impulsando el Seguimiento integrado de las metas de los ODS relacionadas con el agua (JMP) y el saneamiento (GEMI), basada en las iniciativas de seguimiento existentes. Por último, el seguimiento de los medios de ejecución se apoya en el Análisis y evaluación mundiales sobre saneamiento y agua potable (GLAAS)

Estos tres mecanismos se armonizarán paulatinamente para establecer un marco coherente de seguimiento del ODS 6 y permitirán conjuntamente supervisar los avances en el logro de la totalidad del ODS 6, sirviendo también de base para el seguimiento de muchos otros ODS y metas mediante la utilización de indicadores polivalentes.

El tiempo dirá si es ciencia-ficción, utopía o gestión seductora. Los retos son enormemente ambiciosos, los problemas, gigantescos. Es la hora de la política, en la ONU ya han hecho su trabajo.

Lorenzo Correa

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2 Respuestas a “Objetivos de desarrollo sostenible, entre la ciencia ficción y la utopía”

  1. El planeta Tierra está aparentemente inundado de agua – nosotros lo llamamos » planeta azul». Sabemos que solamente 2,5% de toda el agua de la Tierra es agua dulce y más de 97% es el agua salada.

    Actualmente , alrededor del 40% de la población mundial vive en áreas carentes de agua. La previsión para 2025 es de 50 a 65%.

    El tema se plantea de la siguiente manera : una vez definidos los objetivos es necesaria la inversión. Y si no la hay, por mucho que sepamos cuáles son los objetivos, nunca los alcanzaremos, a escala local o mundial. Más que el calentamiento global, es el tema de la contaminación del medio ambiente en general, de los recursos hídricos en particular, y de aniquilación de los ecosistemas relacionados con el medio acuático. Siempre estamos con el mismo problema: hasta que la gente en general , los políticos en particular y también las grandes multinacionales entiendan que con la el empeoramiento de de la calidad del agua a escala global perdemos todos (y ellos también), poca cosa podemos hacer. Los retos son ambiciosos, los problemas, gigantescos.

    No sé si lo de tomar conciencia sobre el tema de gestión de los recursos hídricos, tal y cómo están las cosas, se corresponde con el planteamiento responsable, utopía o ciencia ficción…

    1. Para resolver un problema lo primero que hay que hacer es conocerlo en profundidad y asumir que lo es. En ese sentido, es bueno divulgar las claves del problema y hacerlo llegar a cuantas más personas, instituciones y empresas mejor. Hecho esto se tiene que continuar el camino iniciado, sin pensar que por haber hecho el primer tramo ya estamos en la meta. El segundo tramo es el de la responsabilidad en resolver el problema derivada del conocimiento del mismo. En él se trata de que cada uno asuma lo que le toca, eliminando victimismos y críticas destructivas. En él deberíamos estar y cada uno debería saber qué está haciendo y qué podría hacer que no hace asumiendo todos nuestra responsabilidad. Y una vez asumida, toca trasladarla a quien decide, por eso hablamos de confianza y seducción cuando nos referimos a «políticos» «multinacionales» y otros eufemismos que en el fondo no llegan a buen puerto porque a nadie en concreto se dirigen. El ciudadano maneja su voto y su opinión, el político recolecta y genera confianza o cae y la multinacional tiene que vender sus productos a los ciudadanos. Ahí está el trabajo para darle razón a la utopía y a la ciencia ficción. Después tocará hacer la tercera parte del camino, pero eso es ya objeto de otro comentario. Por ahora, con responsabilizarse y no generalizar, es suficiente

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