Coriolis, los vórtices, el plástico, las botellas de agua y el mar…¡cómo está Hawai!


 

Los vórtices de corrientes oceánicas, son grandes sistemas de corrientes marinas afectadas por el movimiento de rotación terrestre y en concreto, por la fuerza centrífuga que genera la rotación de la Tierra en la zona ecuatorial. Son grandiosas manifestaciones del efecto Coriolis; recuerden que un objeto, al desplazarse sobre cualquier sistema en rotación experimenta una aceleración adicional producida por una «fuerza» perpendicular al movimiento. El resultado de este efecto fuerza-aceleración» sobre el objeto es una desviación de su recorrido que genera una trayectoria curva. Esta es la “fuerza” de Coriolis. Aunque se siente, no es una fuerza real ya que no efectúa trabajo, pero produce una aceleración sobre los objetos que se mueven en un sistema en rotación, como los aviones en ruta, los misiles, el aire de la atmósfera y el agua de los océanos

Así, la fuerza de Coriolis en el hemisferio sur produce desviaciones hacia la izquierda del movimiento, mientras que en el norte todo sucede como en un espejo y la sensación es de desviación hacia la derecha. En el caso del océano, este efecto hace que las corrientes forzadas por el viento no sean paralelas a él, sino que formen un ángulo con el mismo. También explica que los icebergs tengan una trayectoria hacia la derecha o a la izquierda (dependiendo del hemisferio) de la dirección del viento que los impulsa.

Por todo ello, la vorticidad planetaria, junto con el rozamiento horizontal y vertical, determinan los patrones de circulación del viento, generando torques o momentos de fuerza de gran intensidad provocados por la capacidad de estas fuerzas de producir un giro o rotación alrededor de un punto concreto

Repasados los conceptos básicos de la física, situémonos en el centro de cualquier vórtice subtropical y notemos que hemos entrado en una zona muy anticiclónica, de muy alta presión, con circulación en sentido dextrógiro en el hemisferio norte y en sentido levógiro en el hemisferio sur, debido al efecto Coriolis. La alta presión en el centro es debida a los vientos del oeste en el lado norte del vórtice y a los vientos alisios del este en su lado sur, que originan corrientes superficiales de rozamiento latitudinal en su centro, donde se acumula el agua. Así se crea un flujo ecuatorial en el océano a una distancia de entre 1 y 2 km del vórtice, mediante dinámicas más complejas. Y este flujo ecuatorial se vuelve hacia los polos en una corriente oriental intensificada. Son las corrientes de frontera de los vórtices.

En el del Atlántico Norte, se ubica la corriente del Golfo; en el del Pacífico Norte, la corriente de Kuroshio; en el del Atlántico Sur, la corriente del Brasil; en el del Pacífico Sur, la corriente de Australia Oriental; y en el del océano Índico la corriente de las Agujas.

vortices
Si nos centramos en la corriente de Kuroshiol y observamos con detenimiento el paisaje, veremos un lugar idílico en el que algunas palmeras resisten el embate de la brisa marina. Es Hawai, la playa de Kamilo Beach, una zona aislada de la negra costa volcánica en medio de la nada. A unos metros de la costa, algunas ballenas jorobadas emergen desde las profundidades, infinidad de pececillos de colores llenan los arrecifes y muchas tortugas marinas nadan fatigadas para desovar en la playa. El paraíso hawaianao de las películas…

Pues aquí también hay basura: cepillos de dientes, peines, envases de todas las marcas de agua mineral y refrescos, flotan en el mar y se depositan en la playa día tras día. Las leyendas de la zona describen esa bahía como el lugar en el que las personas iban a buscar a sus seres queridos cuando desaparecían en el mar: era el lugar de entrega de los ahogados. O de todo lo que flotaba. Ahora no llegan ahogados, llega basura. Hace unos años, solo llegaba madera de otros continentes, ahora toneladas de plástico y más plástico. No tienen más que contemplar la conseguida imagen de advertisers without borders que ilustra este post, para hacerse una idea de lo que les contamos

 

Es un espectáculo muy familiar en todo el mundo, servido y animado por la hidrodinámica de las corrientes que antes hemos descrito. Porque Hawai está en el ámbito del vórtice del Pacífico Norte, en una zona en la que la basura puede quedar atrapada y girar durante años. La zona situada entre el archipiélago hawaianao y California es una de las más ocupadas por el plástico, por eso se la conoce como el basurero del Pacífico Oriental. Cuando las corrientes cambian, la basura se dirige a las playas y destroza la imagen idílica de vacaciones eternas de nuestra querida Kamilo Beach

basura
Y lo peor está por llegar: los investigadores australianos indican que podría formarse un sexto vórtice en las próximas décadas en el Mar de Barents, en el Ártico. Un nuevo estacionamiento para la basura en una zona hasta ahora virgen.

Las afecciones que esta situación generan en la fauna marina son terribles: se encuentran plásticos en los estómagos de las ballenas, de los peces y del resto de la fauna de un cierto tamaño. Las tortugas se ahogan cuando confunden con medusas las bolsas del supermercado, o cuando se enredan en redes desechadas. Las focas se atascan en los anillos de plástico de seis latas que nos permiten beber cerveza bien fría mientras contemplamos nuestra competición deportiva favorita, mientras que a ellas les van cortando lentamente el cuello. En el medio del Pacífico, las crías de albatros mueren, tras engullir reiteradamente tapones de botellas y juguetes de plástico. El Convenio sobre la Diversidad Biológica ya cuenta con una relación de 663 especies afectadas por el plástico del océano.

Otra especie que puede ser afectada es la humana, por efecto boomerang: En 2015, los análisis de muestras de pescado y marisco que se venden en el mercado, han demostrado la presencia de fibras textiles en un cuarto de los animales analizados.

Mientras tanto, el consumo de agua embotellada crece y ya se está acercando en sus cifras a las de los refrescos, los zumos, las bebidas energéticas, el té y el café y hasta a las de la cerveza. El crecimiento de esta industria es de un 10% anual, llegando a estimarse que generará casi 200 mil millones de dólares en 2018. Solo en Iberoamérica el año pasado se consumieron más de 43 hm³ con una facturación de casi 15 mil millones de dólares Los vórtices oceánicos tienen que empezar a pensar en ampliar sus dominios y los hawaianos en ampliar también la oferta de puestos de trabajo en el ámbito de la limpieza de playas. Así al menos se reduce el paro.

 

Lorenzo Correa

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