Las desembocaduras de los ríos humanos en otro río de más enjundia, pueden plantear muchos problemas cuando coinciden las puntas de los caudales de avenida en ambos cauces o cuando el río más potente, embravecido por las aguas que le llevan en avenida, penetra el cauce del pequeño río humano afluente, remonta por su lecho e inunda desde abajo su riberas.
Es terrible no poder depositar tus aguas en el cauce en el que desembocas, pero a veces pasa. Como lo es también recibir otras aguas nada amigas que se te suben a las barbas sin poder hacer nada para evitarlo Por eso los seres humanos, para defenderse, instalan sofisticadas compuertas que alguien debe gestionar y manejar cuando la lluvia arrecia en la cuenca alta del río principal, aunque en la del pobre afluente no llueva.
Si se cierran a tiempo, los caudales desbocados del río grande, no desbordarán las márgenes del pequeño, porque le defenderán.
Bueno es saberlo para agradecer a quien lo planifica y lo maneja su trabajo y para exigir un eficaz mantenimiento de las instalaciones.
Ríos con compuerta, tan humanos como quienes se protegen tras ellas de la avenida
Lorenzo Correa
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