Nuestro joven, aunque sobradamente preparado, poeta de hoy, es chiapaneco. Aún en la prolífica cuarentena de su vida, el mexicano Victor Hugo López Cancino, es un artista polifacético. Como el mar del poema que hoy nos presta para exhibir en nuestra galería: Así es el mar.
Erudito en derecho, administración pública empresa y educación. Bailarín, actor y rapsoda. Poeta fluyente, como el agua. Su fuerza vital lo abarca todo, como el mar. Así es él, así es el mar.
Sus poemas tratan de lo húmedo y de lo seco. El amor y el desamor. De feraz y de lo árido. La vida y la muerte. Lo que todos nos encontramos al nacer y experimentamos hasta morir: amor, desamor, muerte. El cauce más o menos alegre y bullicioso de nuestra existencia hasta llegar al mar del reposo y la paz
La vida de Víctor Hugo está en sus poemas. Su muerte, aún muy lejana, está en el mar, como la de todos los vivos. Así es la vida, así es el mar. Porque nuestras son los ríos que van a dar a la mar.
Deleitémonos, un miércoles más con la poesía del agua. La que nos sirve para avizorar desde nuestra cofa de vigías, el mar que nos espera.
Invento de Dios, reflejo lejano del cielo, bailarín que armoniza la danza de las gotas de agua para solaz cotidiano de los delfines. Cantor de baladas que la luna escucha radiante u oscura. Crisol de amor para peces y sirenas. Centinela alerta, en la borrasca y en la calma. Cofre sin fondo que cuando se abre, todo lo alberga. Así es el mar.
Para conocerlo bien y empaparnos en su magia, lo mejor es que les dejemos en el mar de Víctor Hugo López Cancino. El mar, interpretado por un joven artista integral chiapaneco. A través de su interpretación, otearemos mucho mejor el horizonte del futuro del agua
Lorenzo Correa
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