¿Gozan los océanos de buena salud? Ocean Panel tiene la respuesta y las soluciones


Los océanos nos atraen irremisiblemente. Tanto, que la mitad de la población mundial reside a menos de 150 km de la costa. Ellos lo ven desde tierra y se sumergen o navegan sin perderla de vista. Pero además, muchísimas personas navegan por ellos. Transportando bienes de consumo y pasajeros. O pescando.

Los primeros consiguen que el 90% de los productos se muevan flotando sobre el mar. Los segundos, ayudan a que nuestra alimentación sea más equilibrada y saludable. Todos ellos generan la economía oceánica, porque por el mar se mueven también billetes. Del orden de billón y medio de dólares al año.

Para soportar esta presión, los océanos deben estar en forma. Por mucha superficie que ocupen, no son infinitos. Ni indestructibles. Por eso a nosotros nos toca ocuparnos de  su buena gestión. Que es también buena gestión de sus aguas. Porque hay que enfriarlas, reducir su acidificación y detener el agotamiento y deterioro  de los recursos que en ellas moran. Distribuyéndolos con equidad.

La mejor garanía del saludable estado de los océanos, es el Objetivo de Desarrollo Sostenible 14. Pretende conservar y utilizar de manera sostenible los recursos oceánicos. También renovar las Metas de Aichi para proteger los hábitats costeros y marinos.

Además de  concluir convenios internacionales jurídicamente vinculantes para la conservación y el uso sostenible de la biodiversidad en alta mar. Y llegar a un acuerdo para prohibir los subsidios a la pesca que impulsan la sobrepesca y las prácticas ilegales.

Paralelamente, la economía oceánica aporta esos 1,5 billones de dólares antes mencionados a la economía mundial. Proporciona alimentos a más de 3 mil millones de personas. Y sustenta cientos de millones de empleos en turismo, pesca y transporte.

Sin embargo, la salud de los océanos no es buena. Está cada vez más amenazada  por la contaminación, la sobrepesca, el desarrollo no sostenible y el calentamiento global.

Hace más de un año, como ya informamos en estas páginas, 14 líderes mundiales del Panel de alto nivel para una economía oceánica sostenible presentaron una nueva agenda de acción oceánica. En ella se comprometieron comprometido a gestionar de manera sostenible la completa totalidad de sus masas de agua marinas nacionales para el año 2025.  Estamos hablando de una superficie de 30 millones de km2  equivalente a la de todo el continente africano.

La tarea es inmensa y se divide en cinco capítulos que formarán parte del Plan Oceánico Sostenible para la gestión adecuada de las aguas nacionales de estos países. Menos de ocho años quedan para trabajar y aplicarse a la resolución de los problemas existentes. Veamos cómo están las cosas, a estos años de la fecha límite de los ODS.

Los océanos son auténticos cofres de tesoros de una enorme riqueza. Por eso hay que planificar para que no se dilapiden estos caudales con actuaciones poco eficientes de los sectores básicos. Los cofres de las industrias oceánicas de la pesca, del turismo, del transporte y de la producción de energía.

Para cuidarlos, comencemos por invertir en un turismo de bajo impacto. Con él se avanzará en la regeneración de los ecosistemas marinos y costeros, mientras que se da trabajo a los ribereños. ¿Cómo?  Asignando recursos económicos para restaurar el hábitat costero, los manglares  y las redes de saneamiento costeras También acelerando en la producción energética renovable basada en el océano. Con su amplio abanico de posibilidades: eólica, undimotriz, mareomotriz, térmica y solar.

Porque los que entienden afirman que por cada dólar 1 invertido en la producción de energía eólica marina se generan entre 2 y 17. Además, nos demuestran que con una mejor gestión e innovación tecnológica, los océanos podrán regalarnos hasta 6 veces más proteínas nutritivas para garantizar la alimentación de un planeta cuya población crece exponencialmente. Se trata también de restaurar las pesquerías tradicionales eliminando la pesca  y la sobrepesca.

Sin olvidar avanzar también en el desarrollo de la maricultura, no alimentada. Es el caso de la relativa a mariscos y algas. Para ello, se necesita u n apoyo administrativo y legal para reducir impactos ambientales. .

Pero hay mucho más que hacer. Una de las acciones más importantes es la de mejorar la salud de los océanos. Mediante una economía oceánica sostenible que reduzca  emisiones globales de gases de efecto invernadero. Y que proteja y restaure los ecosistemas marinos y costeros, reduciendo la contaminación.

Ya escribimos aquí que invertir en la conservación y restauración de manglares supone un beneficio del triple de lo invertido. En este caso, aplicar SBN oceánicas supondrá aportar una quinta parte a las reducciones de emisiones que el mundo necesita para limitar el aumento de la temperatura global a 1,5 º C.

Ahora que la pandemia COVID parece estar dando una tregua, es el mejor momento para  apostar por una economía oceánica sostenible. Aprendamos de lo que no se hizo bien en el pasado reciente. Entre 2004 y 2014, 25 países fueron responsables de aproximadamente el 82 % de todas las capturas mundiales. Quienes exploran las aguas internacionales son únicamente los países más ricos del mundo.

Por ello, es necesario llegar a un equilibrio solidario. Porque en 2018, solo 10 países poseían el 98 % de todas las patentes de biotecnología marina para el desarrollo de nuevos compuestos y productos. Se imponen prácticas comerciales responsables que eviten lo que hasta ahora está pasando. Por ejemplo, que en la friolera de  47 países, niños de hasta 11 años trabajen en barcos pesqueros. Y a cientos de millas de distancia de sus hogares..

Volvamos del ámbito de la solidaridad al de la creatividad. Porque es necesario dar a conocer cada vez más y mejor a nuestros océanos. Mediante la llamada alfabetización oceánica. Esto supone dedicar dinero al  conocimiento, tecnología y capacitación para su conservación y gestión. Y que esta información esté al alcance de todos.

Para ello, hay que potenciar las posibilidades de los sistemas de observación de los océanos a nivel local y mundial. Entidades como Ocean Data Platform  o Global Fishing Watch tiene capacidad para ampliar los datos existentes  sobre los ecosistemas oceánicos. Hay mucho todavía por conocer sobre manglares, pastos marinos, lechos de algas marinas y sistemas oceánicos profundos. La pesca lo agradecerá.

Y así se podrán valorar y cuidar mejor los tesoros que contienen los océanos. Porque contribuyen a al PIB de los países ribereños desde distintas facetas, cada una con su cuenta oceánica propia. Y, por supuesto, benefician a muchos colectivos profesionales, que también viven gracias al mantenimiento de sus activos ambientales

Como colofón a este repaso a la salud física y económica de los océanos, queremos resaltar la oportunidad que la pandemia nos brinda. Se movilizará mucho dinero para la recuperación de los países. Es el momento de  dirigir una parte a soluciones oceánicas  sostenibles para que estas inversiones post COVID sean el revulsivo que resucite y active a los océanos.

Se trata pues de redactar y acometer planes oceánicos sostenibles. Ellos convencerán al dinero para que se traslade a las actuaciones previstas. Las industrias oceánicas sostenibles son el futuro. Por eso, ya se está comenzando a urdir la trama de una  asociación global compuesta por instituciones de los sectores financiero, intergubernamental y de investigación oceánica.

Esta unión garantizará la superación de los obstáculos técnicos y financieros que muchos países poco desarrollados encontrarán en el camino. Ocean Panel, que es su nombre ya lleva un año funcionando

Su misión, conseguir que los océanos sean un fuente de riqueza económica, comunitaria ya ambiental Esperemos que consiga convertirse en el líder que agrupe y dirija a buen puerto la gran cantidad de ideas y contribuciones individuales que quedaban caían en saco roto o quedaban en el olvido por utópicas o carentes de financiación

Se trata de comprometerse con la gestión sostenible de los océanos. Y 14 líderes mundiales han manifestado su voluntad de empezar a hacerlo. Ocean Panel deberá dar ejemplo de cómo hacerlo liderando a los países involucrados. Todo esfuerzo es poco si se consigue mejorar los resultados de la economía oceánica.

Para ello, hay que invertir en los océanos con inteligencia. Y demostrar cómo tras esas inversiones los  beneficios sociales, de salud, económicos y ambientales serán enormes.

Hacer de los océanos nuestros aliados en la batalla por la recuperación económica y social mundial y la prosperidad futura.

La investigación revisada por pares encargada por Ocean Panel ya ha informado la formulación de políticas en los niveles más altos de gobierno y ha estimulado la acción en una red creciente de líderes en negocios, finanzas y sociedad civil.

Para ir más lejos, más rápido, es fundamental que otros líderes mundiales, empresas, inversores y la sociedad civil se unan al Ocean Panel en sus esfuerzos.

Al acelerar la acción audaz y transformadora, el mundo puede garantizar que, para 2030, todas las áreas oceánicas bajo jurisdicción nacional estén gestionadas de manera sostenible.

 

Lorenzo Correa

Safe Creative #1608240244452

¡ Síguenos en las redes sociales !

twitter

fb

¿Te interesa la gestión del agua desde la perspectiva del coaching?

Ponte en contacto con nosotros para más información sobre la participación de Lorenzo Correa en charlas, conferencias, formaciones o debates a nivel internacional

Recibe un email semanal con nuestras publicaciones

Te das de baja cuando quieras.


Deja un comentario