Imagen extarída del libro «Los puentes del tren», de José Serna García Conde (Fundación Esteyco)
Se contempla en la primera foto el proceso de elevación del tramo central del puente cantilever de Québec sobre el río San Lorenzo (1917).
Theodore Cooper lo proyectó en 1899 para conseguir que el ferrocarril pudiera cruzar el segundo mayor río de Norteamérica.
Ante el éxito logrado por el mítico puente de Firth of Forth se decidió a hacer algo similar para cruzar los 549 m de cauce, lo que suppuso entonces construir el puente de mayor luz del mundo. Durante el tercer año de construcción, se detectaron abolladuras en los cordones inferiores comprimidos del voladizo central.
Cooper, quedebido a su avanzada edad no visitaba la obra, recibió las noticias en su oficina de New York son reaccionar a tiempo.
En la fotografía de abajo, puede comprobarse cómo quedó después del colapso. Aquí acabó Theodore Cooper su carrera de pontonero tras haber criticado la robustez excesiva del Firth of Forth.
19.000 toneladas de acero y hierro del voladizo y 85 hombres cayeron al agua. De ellos, 74 murieron
Lorenzo Correa
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