Cuando contemplamos fotos fluviales antiguas, la nostalgia nos invade. Hoy mostramos dos imágenes de pasarelas en los años 50 y 60 del pasado siglo. La del Molinet en el tramo del río Besós que divide (el río), y une (pasarelas), Barcelona y Santa Coloma de Gramanet.
Hoy el puente del Molinet traza una graciosa curva para conectar el barrio de Bon Pastor con Santa Coloma de Gramenet. Pero hasta 1945 el cauce del Besòs no separaba a Barcelona de Santa Coloma.
El río en su tramo final ha estado siempre expuesto a avenidas devastadoras, que continuamente desviaban el cauce. Se llevaban las pasarelas y otras cosas, pero no alteraban los límites entre las conurbaciones vecinas de Sant Martí de Provençals, Sant Andreu de Palomar y Santa Coloma de Gramenet.
Y Santa Coloma disponía de terrenos a ambos lados del cauce. Como le ocurre hoy a Sant Adrià de Besòs Pero los terrenos de la margen derecha, hoy de Barcelona, eran campos de cultivo no urbanizados hasta 1918. Por su parte, las primeras Casas Baratas no iniciaron su construcción hasta 1928. Fue en 1945 cuando el Ayuntamiento de Barcelona compró a Santa Coloma las tierras de la margen derecha por un millón de pesetas.
Nótese que la compra ya daba derecho a la extracción de áridos del cauce que tantas desgracias trajo en la cruel avenida de 1962. Pago que incluía también el derecho a extraer áridos del cauce del río.
Más vicisitudes ha tenido esta unión en la historia reciente. Nos las cuentan en su apasionante libro «Todos los barrios de Barcelona«, escrito en 1976, José María Huertas y Jaume Fabre. Leamos lo que nos cuentan sobre las pasarelas:
«El sistema habitual de cruzar el río había sido siempre o ir a pasar por el puente de Santa Coloma, o descalzarse, o, en épocas que bajaba muy seco, montar unos tablones, que se llevaba la primera crecida. No es hasta junio de 1964 que se inaugura la primera pasarela de una cierta consistencia, hecha por el ejército. Dura poco. Las riadas de 1965 vuelven a dejar el barrio incomunicado directamente con la otra orilla.
De la Victoria, entonces capitán general, ordena al regimiento de zapadores número 4 que monte un nuevo puente de madera, inaugurado el 15 de enero de 1966.
La pasarela definitiva, de cemento, no llegará, sin embargo, hasta el año 1971. Es sólo para peatones, y para peatones con ciertas aficiones a la escalada, porque el ingeniero olvidó prever escaleras para subir y hay un desnivel de casi un metro respecto a la calle. Pero al menos ha llegado una solución no provisional».
Nuestra foto de portada muestra la pasarela en los años 50. La que mostramos al final de estas líneas, es del año 1964. Ya se advierte el avance imparable de la construcción de viviendas que se acercan al cauce. Por fortuna la amarga experiencia de la catástrofe de las inundaciones de 1962, tuvo como resultado un encauzamiento amplio. Aunque eso significó más trabajo para los peatones que debían cruzar alternando las tablas inestables con el barro y las anfractuosidades del cauce.
Lorenzo Correa
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