Con una cuenca de 649 km² y 60 km de longitud, el cántabro río Pas es un arquetipo de río humano de feraces riberas, emergentes rocas que conforman su lecho y…salmones. En Vega de Pas, donde nace en  Peñas Negras y en Castro Valnera,  recoge los alegres caudales  del arroyo Pandillo, el río Yera y otros arroyuelos vivaces y limpios como una patena.

Sustrato y sustento de los salmones que lo remontan desde siempre recorriendo el camino inverso al que siguen sus aguas. Suben inasequibles al desaliento desde la bellísima desembocadura al mar Cantábrico, el Abra del Pas.

Río humano, salpicado de pozos salmoneros y azudes molineros e hidroeléctrico. Paraíso del pescador en su Cantabria infinita. También por humano, afectado por las derivaciones de abastecimiento a la mitad de la población de la región que reside en el arco de la bahía de Santander. Y por las destinadas a la generación hidroeléctrica.

Como todos los ríos humanos que se precien, también es afectado por periódicas sequías. Además, dispone de férreas  canalizaciones que afectaron casi toda su cuenca impidiendo que las zonas de freza y alevinaje de su cabecera sean accesibles al salmón durante buena parte del año.

Pero sus devotos no pierden la esperanza de recuperación paulatina. De deconstrucción en marcha,  para que en poco tiempo alcance el esplendor que ilumina la imagen que tomamos en Puente Viesgo. Y nos continúe seduciendo a todos marchando impertérrito hacia el futuro del agua.

   Lorenzo Correa

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