Hasta el mar inagotable. Un poema de Lorenzo Correa


Laura Barberá Fedorova es una joven profesional de la luz y por ello de la imagen. Su madre, ingeniera civil, es seguidora de estas páginas. A la familia, como a nosotros, le gustan los ríos y por eso nos envía, como hoy, fotos hechas por Laura con las que nos inspiramos, hoy también, para hacer un poema que sigue el río hasta el mar.

Porque el poema es fotografía y la foto es poesía. Así se puede comprender emocionalmente que dos átomos de hidrógeno y uno de oxígeno unidos por un enlace covalente, generen fotos y poesías. Desde la montaña hasta el mar. Moléculas de vida suspendidas en la memoria y prendidas en el corazón del fotógrafo y el poeta.

Ríos de colores mezclados con emociones. Con aguas a veces mansas y escasas y y otras impetuosas e incontenibles. Historias ilustradas que merecen ser contadas. Escritas por una lente, filtradas con maestría y declamadas con el murmullo de fondo de caudales que no cesan de moverse hasta el mar.

Laura mira, yo escribo después de mirar. Ustedes leen y también miran. Todos inmersos en un poema y en varias fotografías. Y ambos dibujamos historias que llegan hasta el mar.

Hace poco, el río (la rambla), con su ímpetu logró quebrantar y arrastrar vidas y haciendas. Ojalá seamos capaces de construir algo que humille sus ímpetus. Con la chispa divina de la inteligencia humana y el tesón puesto en la tarea victoriosa frente a la inteligencia bruta.

Gracias por tus fotos, Laura. Este poema es tuyo

 Lorenzo Correa

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