¿Hierven los mares? La respuesta a esta alarmante pregunta se cimenta sobre dos pilares:, que hoy en día muestran una debilidad estructural preocupante. Uno es el aumento de las temperaturas del agua marina, tan continuo como imparable. Y el otro es el relativo a la contaminación, causante de una seria afección a la biodiversidad
El mítico y a veces denostado umbral del 2030, está solo a un lustro de distancia en el calendario. Y en esa fecha los ODS habrán dejado de convertirse en un objetivo. El del mar, es el 14. Su lema es “conservar y utilizar de forma sostenible océanos, mares y sus recursos”.
Casi nada. Tan ambicioso es, que ha sido el menos financiado de los 17. Y para rematarlo, la reciente llegada de Trump ha supuesto no solo la suspensión de los proyectos de energía eólica marina, sino también el impulso a fomentar la extracción de recursos.
Así las cosas, este año 2025 está lleno de eventos que pretenden bajar la temperatura a la que “hierven los mares” e intentan recuperar el aliento de todos aquellos que temen por un empeoramiento irreversible de su salud
Uno de ellos es el relativo al Tratado de Alta Mar. Pretende trascender las responsabilidades estatales de protección del medio de las fronteras nacionales. Y cubrir legalmente esa superficie Esto deja una brecha de gobernanza significativa de aproximadamente 270 millones de km², casi la mitad de la del planeta.
Este año se trata de conseguir pasar de 106 signatarios y 15 ratificaciones a 166. Y hacerlo antes de la Conferencia de ONU, a celebrar en junio en Niza
El segundo hito tiene como objetivo la entrada en vigor del Acuerdo sobre Subvenciones a la Pesca, adoptado en junio de 2022 por la Organización Mundial del Comercio. Para eliminar las subvenciones gubernamentales que fomentan la pesca ilegal, no declarada ni reglamentada (INDNR). Así como sobrepesca en alta mar no reglamentada. Para que el acuerdo entre en vigor, deben firmarlo dos tercios de los miembros de la OMC (111 países). Hasta hoy solo lo han hecho 89 y faltan 11.
También continuarán las negociaciones sobre el «segundo punto del acuerdo», que apunta a reformas más amplias de los subsidios, incluidas actividades de aumento de la capacidad, como la construcción de buques y los subsidios al combustible. Abordar las preocupaciones de los países en desarrollo será fundamental para garantizar que el acuerdo equilibre los objetivos de sostenibilidad con las necesidades de desarrollo y logre una amplia aceptación.

En tercer reto para que nadie se queje de que “hierve el mar” es conseguir finalizar un tratado integral que aborde la contaminación por plásticos. El tratado tiene como objetivo crear un acuerdo jurídicamente vinculante que cubra todo el ciclo de vida de los plásticos, desde la producción hasta la eliminación. Se quiso disponer de él en 2024. Pero no hubo acuerdo entre países.
Y aunque la Coalición de Alta Ambición para Terminar la Contaminación por Plásticos supera los 100 países asociados y pretende eliminar esta contaminación en 2040, naciones petroleras como Arabia Saudita, Rusia y China no están por la labor. Por eso, Ruanda pide establecer un objetivo global para reducir la producción primaria de polímeros plásticos y eliminar gradualmente las sustancias químicas nocivas. Y Panamá, que se informe obligatoriamente sobre la producción de plástico.Ese es su reto para 2025
En cuarto lugar se sitúa el proyecto de aprobar las normas para la explotación comercial de los minerales de las profundidades marinas. Lo lleva a cabo la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (ISA). Y en 2025 pretende que se llegue a un acuerdo para minimizar el impacto que la extracción de minerales puede provocar a la vida marina y la salud del planeta. Lo quieren lograr en Kingston, en la 30.ª sesión de la ISA.
Por su parte, el quinto evento trata sobre la implementación del Pacto de los Océanos de la UE, para promover la gestión sostenible de los océanos y garantizar la resiliencia y la productividad de los ecosistemas marinos. El Pacto se basa en una convocatoria de datos que invita a las partes interesadas a aportar sus opiniones. La versión final se presentará en la ONUC en Niza.
- Conferencia Our Ocean (OOC) en Corea del Sur. Desde su creación en 2014, el OOC ha catalizado más de 2.600 compromisos voluntarios por un valor aproximado de 140.000 millones de dólares de gobiernos, empresas y la sociedad civil para promover la conservación marina. En esta ocasión se analizarán los avances logrados para orientar las acciones futuras.
- Congreso de la UICN en Abu Dhabi. Este congreso mundial de la Naturaleza debatirá y abordará los desafíos más urgentes de conservación y sostenibilidad del mundo. Por ello en él se debatirá sobre la contaminación marina y la sobrepesca, movilizando recursos para la protección de la biodiversidad.
- COP30, en Brasil. Pretende integrar la conservación de los bosques tropicales y los océanos (ambos importantes sumideros de carbono) en las estrategias climáticas globales. El «Camino de Niza a Belém», conectará los resultados de la reunión de la ONUC de 2025 en Niza con la COP30 en Belém. Para garantizar que los compromisos y las acciones acordados en la ONUC se lleven adelante y se desarrollen en la COP30.
Como habrán podido observar, estamos en un año crucial en el que hierven los mares. ¿Se aprovechará la celebración de todos estos eventos para promover la gestión sostenible de los océanos? ¿Se avanzará en la producción de cambios radicales que beneficien a las personas, la naturaleza y el clima?
En este año del océano, sabremos cómo de prioritario es afrontar los retos a los que se enfrenta . Como siempre, los gobiernos, las empresas y la sociedad civil, tienen la palabra.
Lorenzo Correa
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