Financiación climática y conflictos bélicos. ¿Demasiadas presas?


Sin financiación climática, el IPCC no podrá cumplir sus objetivos. Porque indican que para reducir el calentamiento global por debajo de 1,5 ºC, las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero tienen que tocar techo en este año para después bajar un 43% antes de 2030. Según ellos, solo así evitaremos la catástrofe anunciada. Para ello se necesita dinero. Es decir, financiación climática.

Se trata de lograr un acuerdo sólido, que consolide la financiación necesaria para cumplir los objetivos del Acuerdo de París, corrigiendo la alarmante deriva actual. El problema está en quién paga. Porque para ellos, quienes más han contribuido a la crisis climática son los llamados a posibilitar una solución.Pero hoy, el 70% de las ayudas son préstamos. Y así se agravan las crisis de deuda en los países pobres vulnerables al clima.

Los países desarrollados opinan que deben ser los bancos multilaterales de desarrollo quienes aporten recursos en forma de préstamos. Pero así, se aumenta la vulnerabilidad de los países ya endeudados. Por otra parte, prestar obliga a los países en desarrollo a devolver más de lo que pidieron para resolver un problema que no han causado.

Por eso el “Nuevo objetivo colectivo cuantificado sobre financiación climática” (NCQG), exige una financiación pública básica anual de un billón de dólares para los países en desarrollo en función de sus necesidades. Y repartirla entre medidas de mitigación, adaptación y respuesta a pérdidas y daños. Solo así se incrementará el desequilibrio actual, ya que la mayoría de los fondos se destinan a la mitigación.

En este sentido, la COP29, el pasado mes de noviembre alcanzó un acuerdo para  triplicar la financiación climática a los países en desarrollo, pasando del objetivo anterior de 100.000 millones de dólares anuales a 300.000 millones de dólares anuales para 2035. Y pedir a todos los actores aumentarla en estos países , procedente de fuentes públicas y privadas, hasta los 1,3 billones de dólares al año para 2035.

Así las cosas, la revista «Global Environmental Change», ha analizado el papel de la financiación climática en la ejecución de centrales hidroeléctricas en ríos transfronterizos. Hasta ahora, se financian a través de la compensación de carbono. De esta manera, los países industrializados pueden sufragar  actuaciones de reducción de emisiones en otros países. Y declarar estas emisiones ahorradas como parte de sus objetivos nacionales de reducción de emisiones.

El Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL) de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático da un gran protagonismo a las actuaciones hidroeléctricas como fuente de energía renovable. Gracias a ete principio, se han construido 1055 grandes presas.Pero esto no les acaba de gustar a los investigadores. Porque el proceso del MDL, supone la emisión de créditos de Reducción Certificada de Emisiones. Pero se basa sobre todo en las emisiones de gases de efecto invernadero. Y no se ocupa de los conflictos internacionales a los que dan pie, entre los países que comparten cuencas 

Entre los  más de 1.000 proyectos hidroeléctricos a gran escala financiados a través del MDL entre 2005 y 2022 analizados destaca por su conflictividad la cuenca del Mekong. En cuatro de sus cuencas (Irrawaddy, Bei Jiang/Hsi, Red y Salween), hay un riesgo muy alto de conflicto. Y en ellas se ubicaron proyectos hidroeléctricos financiados por el MDL. Además de la propia cuenca del Mekong, se construyeron 274 proyectos hidroeléctricos en cinco cuencas transfronterizas con un riesgo de conflicto entre alto y muy alto.

Los investigadores definen una cuenca en riesgo si la tasa de cambio en ella (física o institucional) es tan rápida que supera la capacidad de las administraciones para absorber ese cambio. Y una gran responsable  de ello es la energía hidroeléctrica.

Tanto ha contribuido al rápido cambio que entre 2013 y 2020, más del 25% de las acreditaciones de Reducción Certificada de Emisiones emitidas se destinaron a estas actuaciones. Y serán muchas más en el futuro, porque la energía hidroeléctrica es la forma dominante de energía renovable. Por ello produce un 55% más que la energía nuclear, que es el siguiente productor más grande. 

Sin embargo, los investigadores se preocupan por las tan de moda consecuencias ambientales negativas de  las presas. De ellas, ya hemos escrito mucho por aquí, indicando que en el fondo no nos parecen tan negativas en comparación con los beneficios que reporta. Pero ellos no piensan igual y creen que deben influir en la «financiarización de los ríos». Para que no se contemplen sólo en términos financieros, sino que también se tenga en  cuenta que la gestión del agua depende mucho del contexto. Porque dos presas idénticas tendrán un rendimiento muy diferente según su ubicación.  

Pretenden reflexionar sobre las consecuencias de la construcción simultánea de infraestructuras y los cambios drásticos que suponen en el entorno. Y sugieren aplicar un marco de «teleacoplamiento», que ayude a analizar sistemas socioeconómicos y ambientales a la vez. 

Aplicado a los proyectos hidroeléctricos, utilizan tres geografías como sistemas «emisores», «receptores» y «derivados». Esto significa que los países enumerados como países del «Anexo I» en el marco del protocolo de Kioto están enviando capital a los países receptores en la región del Mekong, predominantemente a China. 

Estos subsidios a la energía hidroeléctrica se aplican en actuaciones en las cuencas altas con efectos colaterales o indirectos para las comunidades ribereñas en la región del Mekong. A través de este proceso de teleacoplamiento, el desarrollo de la energía hidroeléctrica se lleva a cabo caso por caso, de manera «ciega al agua» y sin tener en cuenta los efectos acumulativos de numerosas presas a nivel de la cuenca. 

De esta manera, las políticas de carbono de los países ricos están dando lugar a la construcción simultánea de cientos de presas a gran escala. Como es lógico, todas en las cuencas altas, y los países más pobres de la región se enfrentan a las complejidades que generan estos desarrollos. Esto ocurre sin administraciones de administraciones de cuenca hidrográficas suficientemente sólidas ni acuerdos que puedan gestionar estas complejidades. 

Algunos ejemplos: La cuenca del río Rojo compartida por China, Laos y Vietnam recibió 77 proyectos de presas a gran escala, con financiación climática del MDL. Pero no disponen de administraciones de cuenca ni acuerdos internacionales para gestionar lo construido. 

En Myanmar, el proyecto hidroeléctrico Darpein 1 de 240 MW se financió a través del MDL y se construyó en un área militar conflictiva. Por ello, no se pudo finalizar del todo y actualmente opera a la tercera parte de su capacidad instalada. Aunque está registrado como un proyecto de 240 MW con créditos de carbono asociados. E

En la china Yunnan, la rápida construcción de presas financiadas por el MDL ha llevado a problemas de sobrecapacidad. Debido a ello, cientos de centrales están inactivas debido a cuellos de botella en la red y sobrecapacidad. Esto llevó a los investigadores a advertir contra los «créditos zombi» en el sistema contable.  

Los investigadores concluyen que las ventajas de estos proyectos hidroeléctricos y las divisas que generan son exageradas. Los créditos de carbono están valorados actualmente en 270 000 millones de dólares, lo que impulsa el despliegue de infraestructura hidroeléctrica. Sin embargo, los cambios que podrían generarse en las zonas aguas abajo mediante estos proyectos de construcción simultáneos son complejos. Y las cuencas hidrográficas receptoras tienen acuerdos o capacidad institucional limitados para responder al impacto colectivo de estos rápidos cambios generados por las inversiones del MDL. 

Por todo ello, defienden la teoría de que un sistema teleacoplado aumenta la probabilidad de que se intensifiquen las tensiones hidropolíticas en los sistemas fluviales transfronterizos, a la vez que se blanquean las afirmaciones de reducción de carbono en Europa. Es lo que tiene de problemático la financiación climática

Lorenzo Correa

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