Ríos sin agua


Estamos en verano en el hemisferio norte. Ahora, los ríos humanos, que suelen ser discontinuos, llevan la madre seca. No es tiempo de que se salgan de madre. Salvo puntualmente, cuando la tormenta los anima a desmadrarse, o sea a desbordarse. Pero en pocas horas, vuelven a estar secos. Es tiempo de ríos sin agua.

Estamos llegando a la canícula de estío. Ya no es la pertinaz sequía quien deja sin agua a los cauces. Es la normalidad del clima. Ahora se llevan los ríos sin agua. Los humanos, claro. En la foto de hoy, las gravas se enseñorean del lecho, son las dueñas del cauce.

Para algunos, esta visión es aterradora. Creen que los ríos sin agua están enseñando “sus vergüenzas”. Que se han convertido en canteras

Bien, el río es así ahora. Ejerce sin prisa, pero sin pausa su función natural de erosión, transporte y depósito. Así puede formar las playas para que disfrutemos en verano. Y, entre tanto, en la cuenca media, las gravas hacen también su función natural imprescindible para garantizar la vida.

Los ríos sin agua solo son canteras si se dragan. Esas gravas de las fotos de hoy en esos ríos sin agua… ¿invitan al dragado? A algunos sí. A nosotros, no.  Porque el río de gravas necesita libertad de movimientos para que esas gravas vayan encajando el cauce: meandros, taludes inestables, etc.

Cuando de ríos se trata, es muy común “fijar” una imagen, crear un estereotipo. Por ejemplo, el de la «vergüenza» de los ríos sin agua. Y esa clasificación va en contra de la libertad inherente al agua corriente y a su contenedor y vehículo que es el río, que es el terreno, a fin de cuentas.

El ser humano modela el paisaje, pero el río lleva más tiempo haciéndolo. Por eso siempre se sale con la suya y nos recuerda que le debemos un respeto, por nuestra propia supervivencia.

La mayoría de los ibéricos ríos son de gravas. Sacan sus “vergüenzas” a relucir todos los veranos. Pero no, un río no tiene “vergüenzas”, es cambiante según la estación y varía como lo hace el clima. ¿Nos avergonzamos más de una rambla almeriense que del Amazonas, pletórico en Manaos?

Admiremos las gravas de los ríos sin agua. Deseémoslas un venturoso futuro. Ya vendrá el otoño y se las llevará muy lejos. Otras vendrán que buenas las harán

Las gravas cogen el testigo del agua en los ríos veraniegos, ríos sin agua
Ríos sin agua

 

Lorenzo Correa

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