Las terribles consecuencias generadas por la voladura de la ucraniana presa de Kajovka nos impulsan a publicar con tristeza este artículo especial dedicado al río más humano, en estas fechas, de todos: El Dniéper.
Recorramos el río hasta llegar al embalse. Tiene una longitud aproximada de 2.300 kilómetros, de los cuales 1.900 km son navegables. Es el cuarto río más largo de Europa después del Volga, el Danubio y el Ural. Su cuenca tiene una superficie cercana a 516.000 km². Nace en la meseta de Valdai, a 250 km al este de Moscú, atraviesa Bielorusia y Ucrania y desemboca en el mar Negro en un gran estuario.
Como puede observarse en al mapa, desde que entra en Ucrania, el río divide el país en dos mitades, atravesando las regiones de Kiev, Cherkasy, Poltava, Dnipropetrovsk, Zaporiyia y Jersón. Y el curso del Dniéper se transforma en una sucesión de grandes embalses que engloba sus últimos 800 km.
El primero es de la capital, Kiev, también conocido como embalse del Dniéper. Su capacidad es de 1200 hm³, Es uno de los embalses más grandes de la cuenca y e extiende desde la ciudad de Kiev hasta la ciudad de Kaniv.
A continuación está el embalse de Kremenchuk, cercano a la ciudad homónima. Su capacidad es de 13.500 hm³. Es el segundo mayor embalse de la cuenca del Dniéper y desempeña un papel crucial en la generación de energía, la navegación y el control de inundaciones.
El siguiente es el embalse es de Dniprodzerzhynsk, que lleva el nombre de la óblast en que se encuentra, cerca de la ciudad de Kamianské. Su capacidad es de 1200 hm³. Además de la generación de energía y el abastecimiento, también se utiliza para la navegación y la laminación de avenidas.
Y por último el río se ensanchaba hasta hace unos días en el embalse de Kajovka, ubicado cerca de la ciudad de Nova Kajovka. Su capacidad era de 18.200 hm³ y era de enorme importancia en el sistema de regulación del río Dniéper por sus usos hidroeléctricos, de abastecimiento y de riego. Hasta hoy, suministraba agua a gran parte del sureste de Ucrania y la península de Crimea, anexionada por Rusia en 2014
Gracias a a este sistema de embalses, existen varios canales que llevan el agua a millones de usuarios de abastecimiento y riego. Así, a través del Canal Dniéper-Bug el río está conectado con otras grandes vías fluviales de Europa del Este. Además existen los siguientes:
Canal Dniéper-Donbas, que lleva las aguas del río a esta región en la frontera rusa.
Canal Dniéper- Kryvyi Rih,
Sistema de riego Inhulets,
Canal Kajovka, que nace en la presa hoy volada,
Sistema de riego Krasnoznamianka, en el suroeste de la región de Jerson. Y
Canal de Crimea del Norte también alimentado desde la presa Kajovka
Centrémonos ahora en la presa rota, que, como todo el mundo sabe ya, era la última estructura hidroeléctrica importante en el curso del río Dniéper.
Su construcción duró un quinquenio, desde 1951 hasta 1956. Por eso fue una de las principales obras de ingeniería realizadas durante la época soviética.
Es una presa de gravedad de hormigón, de una altura de aproximadamente 44 m y una longitud de unos 4,5 km. Forma un embalse cuyo vaso tiene 240 kilómetros de longitud y una anchura máxima de 23 kilómetros,
La presa contaba con una central hidroeléctrica con una capacidad instalada de generación de alrededor de 346 MV.
Además, desde la cola del embalse capta las aguas que nutren el circuito de refrigeración de la Central Nuclear de Zaporiyia.
Y sin embargo, también por desgracia, esta no es la primera vez que las necesidades de la guerra se llevan por delante un embalse en esta zona. El mismo Stalin que ordenó su construcción había previamente volado una presa durante la Segunda guerra Mundial, con los mismos objetivos bélicos que han impulsado a volar ahora la de Kajovka a quienes hayan sido los responsables de tal acción de guerra.
Porque Stalin conocía el valor de las obras hidráulicas como arma letal. Por eso, en 1941 ordenó volar la presa de Dneprostroi para evitar que los nazis capturasen Zaporiyia en plena retirada del ejército rojo. Situada solo a 170 km aguas arriba de Kajovka, alimentaba la entonces mayor central hidroeléctrica de Europa Esta vez, lograron su objetivo pues frenaron el avance de las tropas alemanas. Aunque con un coste en vidas de varias decenas de miles de personas desaparecidas durante la avenida.
Ganada la guerra, la URSS diseñó y construyó los embalses, centrales hidroeléctricas y canales anteriormente indicados. Se creó un «nuevo continente» de obras hidráulicas, al que se denominó la Atlántida soviética. Con embalses de gran envergadura, como el de Rybinsk, al norte de Moscú, o la ya citada de Kremenchuck.
En el año y poco que llevamos de guerra, la presa de Kajovka ha sufrido impactos de todo tipo. En la lucha a muerte por Jerson, recibió en sus paramento de aguas abajo innumerables misiles. Como es lógico, poco o nada pudieron hacer en una presa diseñada para aguantar ataques mayores, como cualquier gran presa. Solo se registró un impacto de misil ucraniano en noviembre pasado que dejó ciertas señales de importancia en el muro.
Ahora, tiene un buen orificio por el que se está vaciando sin remisión. No somos especialistas militares ni diplomáticos. Por eso no somos nadie para señalar ni a quien lo ordenó ni cómo lo hizo. Pero seguro que no ha sido por un impacto de un misil o una mina convencional. La realidad es que la avenida provocada por la rotura ha provocado el desbordamiento del río sobre todo por su margen de menor cota, la izquierda Por allí yha entrado el agua en la ciudad de Jerson. 12 m de elevación del nivel normal, por ahora y creciendo. Por fortuna la baja cota del terreno y su cercanía al mar, han evitado una ola de avenida que hubiera magnificado la catástrofe.
Un millón de personas sin agua. Canales inservibles por rotura, colmatación y ausencia de caudales en un futuro próximo en el sur de Jerson. Los arrozales de Kalanchak, arruinados. La península de Crimea, también afectada. Como la central hidroeléctrica, que ya es historia. Afecciones ambientales irreparables. Secuelas de la rotura de una presa. Cuando pase la riada, desolación, miseria y hambre. A añadir a la que ya la guerra ha traído consigo.
Como ya ocurrió hace 82 años, todo será reconstruido. Porque el agua ocupa siempre sus territorios, pero las infraestructuras la vuelven a reducir al que ellas imponen. Es la lucha constante del hombre y el agua. La única esperanza que queda cuando la guerra empeora las cosas con su maldición de sangre, sudor y lágrimas.
Lorenzo Correa
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