El sauce y todos sus compañeros de la salceda están llorando. Y al poeta el corazón le late con la musicalidad de un zéjel. Árabe poesía de la que Occidente se enamoró.
Esta composición de estrofas divididas en tres partes, viene como anillo al dedo para nuestro escenario poético de hoy. En él marca el preludio el sauce doblemente llorón que la ribera puebla. Después viene la mudanza, que señala el cambio de rima.
Como ese cambio de humedad a sequedad que el espacio fluvial sufre y el sauce llora. En ella, otro protagonista es el cauce triste, porque sus caudales no son suficientes para besarlo todo y están mudando la escenografía del río ameno. Y aunque ya esté acostumbrado a ello, sigue llorando para apaciguar su ansiedad.
Para acabar un verso de vuelta, que repite la rima del preludio. Es ese volver a empezar que nos recuerda al ciclo cerrado del agua. Pero hoy el sauce no sabe cuando volverá a empezar a llover. Ni tampoco porqué se ha llegado a esta situación. Porque ningún sauce ha oído hablar del cambio climático.
Poema de sequía, con la que acabamos otro año más, mientas cerca de nuestro río, a menos de un centenar de kilómetros, otras cuencas se van desembarazando de los rigores del tiempo seco.
Paradojas de la gestión del agua en pleno siglo de la inteligencia artificial. Quizás esta nueva herramienta ayude también al sauce a salir de su tristeza. Será una gran ayuda que agradecerán tanto la lluvia como la poesía. Aunque el más agradecido será el poeta cuando por fin llueva.
Lorenzo Correa
¿Te interesa la gestión del agua desde la perspectiva del coaching?
Envía un correo a contacto@futurodelagua.com para más información sobre la participación de Lorenzo Correa en charlas, conferencias, formaciones o debates a nivel internacional