Borges, la lluvia y el misterio


Entonces dos ocasiones nos ha visitado Jorge Luis Borges trayendo a nuestra alma la lírica del río. Hoy (no hay dos sin tres), vuelve. Y en esta ocasión lo hace con su soneto, incluido en su libro «El hacedor» y titulado  “La lluvia

Los sonetos de Borges son especiales por su fragilidad y la intimidad que nos transmiten. En el de hoy nos envuelve en lluvia casi hasta el final. Porque  en el último verso, rompe con la fragilidad del poema. Y trae a un primer plano a su padre.

Sabemos que su progenitor fue quien le introdujo en el maravilloso universo de la poesía. También  quien le hizo comprender y amar sus claves. La eternidad y el misterio desvelado a medias a través de un lenguaje musical. Y a Borges le faltó tiempo para comunicarse con nuestro mundo desde allí.

Además, Borges al hacernos evocar la lluvia, provoca el  desencadenamiento de recuerdos. Y  la imparable invasión de emociones personales e intransferibles. Que son las que vienen, como la lluvia borgiana, del pasado, con su carga de melancolía. Aportando además su mensaje de eterno retorno. Porque la lluvia siempre vuelve. Aunque a veces lo haga cuando nosotros lo deseamos  y digamos que nunca llueve a gusto de todos .

Viajemos  pues con el soneto hacia la niñez del autor, que es nuestra niñez. A ese patio que todos guardamos en el corazón. Y , desde allí, oiremos la voz de nuestro padre que nos anima a seguir amando. A seguir apasionándonos por el futurodelagua. Por la poesía y por la literatura.

Lean lo que Borges escribió y recuerden lo que les trae la lluvia cada vez que se paran a escucharla, sienten el agua en su piel o la ven deslizarse hacia el mar.

la-lluvia-borges

Lorenzo Correa

Safe Creative #1608240244452

Visita nuestro rincón de la poesía.

 

Recibe un email semanal con nuestras publicaciones

Te das de baja cuando quieras.


Deja un comentario