Cómo hacer una presa sin proyecto y sin coste alguno


En una época de vacas tan flacas para la obra pública en España, los que ya pasamos de los sesenta y hemos tenido la suerte de vivir épocas de vacas gordas , nos dedicamos a pasear por los cauces para tener así ocasión de imaginar lo que haríamos  en ellos si nos tocara la lotería. Porque la verdad sea dicha, cada vez hay más cosas que hacer.

Para los más jóvenes, el concepto de ingeniería del agua ha pasado a ser algo diferente al que a los de nuestra generación nos explicaron. Si la ingeniería es  el conjunto de conocimientos orientados a la invención y utilización de técnicas para el aprovechamiento de los recursos naturales o para la actividad industrial, ahora parece que esta definición, en su acepción acuática, ha  quedado algo reducida y alterada, ya que lo que más vemos, leemos y oímos al respecto es algo que va dirigido a las actividades industriales dedicadas a la mejora de la calidad del agua y al cumplimiento de la cada vez más exigente legislación en vigor.

Es el signo de los tiempos y por eso los nostálgicos de otras épocas (execrables para muchos), paseamos por el río  y vamos observando y anotando mentalmente lo que vemos, con la insensata esperanza de que tales observaciones de dilettante pudieran servir alguna vez para algo positivo antes de que vuelva a llover con ganas en el tramo observado.

Como tenemos la suerte de poder escribir en este blog lo que nos parezca, vertemos ahora y aquí el producto de nuestra observación de este fin de semana.

Primero hay que ver la foto, para así entender el título de este post:

presa-natural

Y así, una vez visto lo que vimos y fotografiamos, entenderemos cómo es posible el milagro de que en estos tiempos en los que la sola idea de pretender construir una presa desataría todas las iras y las furias del Averno sobre el insensato que lo propusiera, en este tramo fotografiado se esté acabando la construcción de una presa por arte de birlibirloque y sin intervención divina ni humana, ni siquiera de los simpáticos castores.

Admirada la perfección natural del paramento de aguas arriba, con su desagüe de fondo o ataguía,como prefieran denominar a tan natural tapón, dispuesta para aliviar caudales de crecidas ordinarias por la derecha, contemplemos el paramento de aguas abajo:

desague-de-fondo

maravillándonos del correcto funcionamiento de la mencionada ataguía que podría contentar hasta a los más acérrimos defensores del caudal ecológico o mínimo ambiental.

Realizado nuestro informe, finalizamos la visita sobre el terreno reflexionando sobre la sabiduría de la naturaleza que continúa construyendo presas cuando el avance ético, moral y ecológico de los seres humanos ha sentado cátedra suficientemente respetada como para impedir que a los ingenieros de las nuevas generaciones se les ocurra emplear sus conocimientos en imitar a la Dea Mater o incluso en mejorarla, ideando estructuras más altas o más sólidas para retener caudales.

Cuando retornamos a nuestros quehaceres cotidianos tras el preotoñal, saludable e instructivo paseo fluvial por uno de tantos pequeños cauces mediterráneos, volvemos la vista atrás y se nos desvanece la ironía cuando pensamos en lo peor.

El día que  a la gentil constructora de esta presa tan natural se le ocurra concentrar una precipitación intensa en la cuenca,aguas arriba del natural obstáculo al también natural paso del agua, será mejor no pasar con nuestro vehículo por encima de la presa. Ni  tener ningún bien defendible en los márgenes y riberas.

Ya lo ven, es muy sencillo, solo hace falta un vado construido en 1934 con tres tubos de ochenta centímetros de diámetro, un cálculo rápido del caudal que pueden absorber cuando están limpios para tranquilizar conciencias hidráulicas… y olvidarse de que está ahí  y no limpiarlo nunca más, alegando falta de presupuestos, insignificancia del cauce u obligación de que «otros» lo hagan.

Así tendremos una presa natural  y retendremos el agua hasta que durante una avenida pase por encima arrastrando lo que encuentre y adquiriendo una energía suficiente para erosionar también lo que encuentre, eso sí, sin gastar ni un euro.

La verdad es que limpiar ríos con conciencia y savoir faire es una asignatura pendiente. Y reservar los presupuestos necesarios para ello, una exigencia imprescindible. Hagan lo que hagan los castores

Lorenzo Correa

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5 Respuestas a “Cómo hacer una presa sin proyecto y sin coste alguno”

  1. En españa, el paisaje es una asignatura pendiente. No existe siquiera una disciplina capaz de coordinar a las obras de ingeniería y de arquitectura más duras. No sé si nos falta sensibilidad, o dirigimos siempre nuestra mirada fuera. Pero el deterioro de la tierra que nos da de comer y los ríos que nos dan de beber es un drama. Interesante post

    1. Digamos que había menos usuarios que ahora. El problema tiene su base en que con la misma cantidad de agua hay que abastecer a muchísimas más personas, regar sus alimentos y dar de beber a los animales que nos comemos. El bienestar tiene como cara oculta la polución. Pero no todo es malo: antes no se podía beber el agua porque las epidemias de peste y cólera actuaban con virulencia. Ahora las personas que viven donde hay sistemas de saneamiento ya no tienen
      ese problema

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