En un otoño mediatizado por la inacabable presencia de la pandemia, la poesía siempre ayuda a incentivar el optimismo.

Aunque el otoño sea tradicionalmente la estación más triste el año y más en noviembre, su mes estrella, lo cierto es que suele llover para alegría de todos. Excepto cuando esas lluvias son torrenciales, que ellas también nos visitan en la estación sombría.

Llueva como llueva, agua caída del cielo es. Y así lo canta un vate andaluz, que hoy nos ofrece su poema precisamente titulado “Lluvia”. Se trata de José Asenjo Sedano, granadino de Guadix. Su bellísima ciudad magnifica sus encantos por el hecho de disponer de todo un ciclo de novelas dedicado a ella. Que escribió nuestro poeta de hoy.

Pero hoy no hablamos de novela, sino de poesía y otoño. De lluvia y luna. Con la austeridad que le caracteriza, Asenjo describe el paisaje característico del otoño con sus nubes voladoras, que acompañan a las aves hasta que descargan el agua que llevan en su seno y dejan de ser visibles en el cielo.

Y esas aguas, acarician olmos y se disponen a vivir su otoño, hasta que el sol las evapora y el viento esparce sus cenizas. Y cuando el sol se apaga, que en otoño dura poco, sale la luna, con ese ojo que el poeta ve, pero no oye. Su mirada, solo riela, bajo la atenta mirada vigilante de la torre.

Versos de otoño de un poeta de Guadix. Paisaje lluvioso  y muchas preguntas, que solo la poesía responde. Con el agua como protagonista.

Poesía austera, concisa  y sobria, pero con hondura y misterio. Como la lluvia cuando cae en su justa medida. En un ambiente espeso, pleno de presagios, pero muy sugerente. Otoño triste por las pocas horas de sol y alegre por la lluvia. Ojalá nos  sea leve en este  agitado 2020

 

Lorenzo Correa

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