Si el río muere, el embalse viste de luto


Llegamos a un embalse modesto pero ufano. Es el único existente en la cuenca de un río también modesto, si lo comparamos con los gigantes que llenan los grandes embalses centenarios en capacidad hectométrica… o kilométrica. Por desgracia, hoy el río muere en nuestra fotografía de portada.

Es la riera de Santa Fe, afluente del río la Tordera. Nace en el macizo del Montseny, y llega al único gran embalse del Parque Natural, en el que el río muere hoy dos veces. Embalse privado con usos hidroeléctricos que turbina, cuando el río los lleva, el millón de metros cúbicos que su vaso contiene.

Pero por desgracia, sus 7 ha inundables hoy solo contienen una delgada lámina de agua marronosa. La altiva cumbre de Les Agudes, que vigila la entrada de la riera en el embalse, hoy solo puede contemplar la desolación que se produce cuando el río muere.

Porque ni una gota de agua entra en el vaso ni sale por el desagüe de fondo. Y la montaña llama al otoño con voz plañidera.

No quiere ver más la imagen de la muerte, de la ausencia de vida en su cuenca. Ojalá que pronto se haga el milagro. El Montseny lo necesita y nosotros también

Lorenzo Correa

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