La cuenca y sus organismos


Desde las alturas, observamos la cuenca y en ella, a su principal protagonista. El río padre y sus afluentes. Cuenca es concepto muy español por so motivos. Es una palabra más del idioma. Pero también es el territorio cuyas aguas afluyen todas a un mismo río, lago o mar. Un territorio regulado por una Ley ancestral en la Iberia milenaria. La famosa Ley de Aguas.

Vista desde arriba, su organización es natural. De las divisorias a las vaguadas el agua que cae solo tiene que dejarse llevar sobre el terreno, a sabiendas de que acabará llegando siempre al mar.  La cuenca es la cuna que la mece y la que se ocupa de su transporte.

La que le pone obstáculos para que tranquilice su brío o se infiltre. Desde abajo, espera ansiosa la decisión celeste. Porque lo único que no puede controlar es cuándo las nubes la visitarán y dejarán caer sus lágrimas sobre sus tierras.

El ser humano descubrió muy pronto que la cuenca era muy importante para su supervivencia. Y se dedicó a buscar en ella el agua para saciar su sed, la de sus animales  y la de sus tierras. Para ello tuvo que actuar modificando el perfil natural de esos terrenos hasta entonces salvajes por los que el agua discurría buscando la cota cero.

Pero llegó un momento en el que hubo que ordenar ese caos de intervenciones realizadas para que cada uno llevara el agua a su molino. Y se crearon los organismos de cuenca. Los que se preocupan de que la ley de cumpla haciéndola cumplir.  Los que gestionan embalses como el que hoy hemos encontrado en nuestro paseo por el humano río protagonista de nuestras reflexiones.

¿Qué sería de la cuenca sin sus organismos de gestión? ¿Cómo llegaría el agua a nuestro molino  y cómo saldría de él?  Con ellos, sabemos lo que cuesta disponer de agua suficiente en cantidad y calidad, derecho inalienable de todos los ciudadanos y obrar en consecuencia.

De ellos exigimos confianza. Desde arriba, al ver la cuenca en el siglo XXI, reflexionamos. El siglo pasado había respeto y agradecimiento porque la administración nos traía el agua o empezaba a depurarla. Superado este primer escalón del confort, es necesario realizar otro tipo de trabajo emocional para ganar la confianza perdida. Trabajo pendiente de los organismos de cuenca

Lorenzo Correa

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