Crisis de agua en el Canal de Panama ante la sequía y el aumento de población


La repercusión que tienen las sequías en los diferentes usuarios del agua es de una importancia capital para todos ellos. También, por supuesto, en el Canal de Panamá. En 2016 en estas páginas ya nos hacíamos eco de la que entonces se denominó “sequía “del Niño” y de lo que ella supuso para la gestión del Canal en la fecha de su ampliación. 

Porque el canal es agua y luego todo lo demás. Ya que sin agua suficiente en esta vía de navegación no hay tráfico de buques, ni transporte de mercancías, ni barcos en los puertos, ni ingresos para la Autoridad del Canal de Panamá , ACP y para el estado panameño, ni amortización de obras. 10.000 trabajadores y 10.000 millones de dólares de presupuesto anual suponen un soporte fundamental para la economía y el bienestar del país

Pero tampoco hay garantías de abastecimiento, riego y producción de electricidad para el país ¡Caramba con el agua, qué importancia tiene para Panamá y su Canal! 

Pues bien, este año, otro “Niño” ha vuelto a dejar “seco” al Canal de Panamá. Y sus gestores no han tenido más remedio que adaptarse a las condiciones climáticas. En este caso, los seguidores del día a día de la gestión realizada por la ACP, hemos notado una gran intervención de los desastrólogos a lo largo del tiempo indicando que la sequía haría morder el polvo al Canal.  

Que era una catástrofe inédita, ya que se reducía bastante el número de buques en tránsito y que todos los males del cielo caerían sobre la obra de conexión centenaria entre los dos océanos. Tan fuerte ha sido la presión, que la ACP ha tenido que salir al paso de estas informaciones catastrofistas publicando en su revista un artículo en el que se desmitifica el mito apocalíptico construido sobre la sequía. Hoy nos complace resumirlo para que nuestros lectores dispongan de la mejor información disponible al respecto. 

Ante todo, es importante saber que es el “lago Gatún», el embalse regulador de las esclusas del canal. Y por ello, el nivel de agua fijado en él es la clave del funcionamiento de la vía interoceánica. Para asegurar su mantenimiento, como es lógico, están las lluvias, pero también la estrategia de ahorro de agua en los esclusajes. Siguiendo esta cota planificada, la ACP anunció a principios del mes de marzo la adición de cupos adicionales, con lo que el total de tránsitos ascendió a 27 buques por día. 

Sin embargo, la prensa y las redes sociales han estado meses informando reiteradamente sobre la generación de largas colas de buques esperando el tránsito, debido a que la sequía había reducido las operaciones de esclusaje. La realidad es que, lejos de que esta situación provoque un “cuello de botella”, el número de buques en espera por transitar el Canal de Panamá (aproximadamente 50 en total) está a la par con la cantidad esperada bajo las condiciones actuales con 27 tránsitos disponibles diariamente. 

Buques esperando turno para el tránsito del Canal de Panamá

La mayoría de los buques en espera tienen ya sus fechas de cruce reservadas. Pero suelen llegar antes de la fecha asignada para repostar combustible o resolver su abastecimiento de víveres antes de iniciar el paso por el canal  

Sin embargo, ahora parece que ya nadie se acuerda de la última sequía, y eso que solo han pasado 8 años. Por eso las noticias son pesimistas. Parece como si esta sequía, como la de 2016), hubiera venido para quedarse. Y nadie atisba el fin de las restricciones de tránsito en el Canal de Panamá. 

Por fortuna, mayo siempre trae lluvia al país. Comienza la época húmeda. Y todas  previsiones actuales indican que las lluvias constantes llegarán pronto y regarán las cuencas canaleras con intensidad en los próximos meses. Como es previsible que así sea, la planificación de la ACP prevé aliviar gradualmente las restricciones de tránsito, permitiendo que las condiciones se normalicen por completo en 2025. 

Aunque, si la sequía persiste en la época húmeda, el Canal de Panamá podría mantener o aplicar nuevas restricciones al paso diario o al calado. En cualquier caso, lo normal es que llueva y que el Canal aumente los tránsitos diarios hasta llegar a 36 diarios. 

Cuando llega el final de la época seca en unas condiciones tan agudas como las de este año, se pone de manifiesto las incomodidades y pérdidas económicas derivadas que los buques sufren al tener que esperar mucho tiempo antes de poder cruzar el canal 

Pero lo cierto es que solo una cuarta de los buques en espera carece de reserva de paso. Por ello, la inmensa mayoría sabe cuándo van a iniciar su travesía interoceánica. Por ello, pueden planificar su tiempo de espera para que sea el menor posible. 

Este hecho se demuestra con datos concretos. Por ejemplo, el tiempo medio de espera para los pocos buques que llegan sin reserva este año ha sido de poco menos de dos días y medio. Mucho menos que los tres y medio que esperaron en el mismo período de 2023. O los casi cuatro de 2022. Por lo tanto, lo ideal es que los clientes hagan sus reservas de paso con la debida antelación. 

También impresiona conocer las rutas marítimas que usan el canal para llegar de origen a destino, Porque son nada más y nada menos que 180. Y conectan 170 países, llegando a unos 1.920 puertos de todo el mundo. 

Tampoco es baladí la leyenda urbana que proclama que el coste del tránsito es muy elevado. Conviene aclarar que, en 2023, durante los meses de octubre y noviembre, hubo un aumento en los precios de subastas relacionado con una prima de congestión impulsada por el mercado. Pero duró poco y todo volvió a su cauce  

Sin embargo, una vez pasada la fiebre el alcista del año pasado, los precios de las subastas se han estabilizado. Los precios ya pueden considerarse normales, aunque como es lógico, si alguien está muy interesado en cruzar sin esperar mucho, puede pagar más para conseguirlo. Esto hace de la subasta una herramienta y una opción inestimable para los clientes que, de otro modo, no habrían conseguido reservas. 

¿Cómo se fijan los precios de las subastas? El Canal no lo hace, sino que influye la dinámica del mercado y otros factores como los tiempos de espera y la longitud de las colas. También las tarifas de flete y los precios del búnker. Sin olvidar que las necesidades específicas de cada cliente, que pueden no estar totalmente recogidas en el modelo de valor de la ruta, también pueden influir en los resultados de la subasta. 

Pero hay además otros factores que muchas personas creen que pueden influir en todo el proceso. Uno de los más importantes son las posibles rutas alternativas. En estas páginas relatamos hace más de un lustro el estado de la cuestión del “nuevo”, aunque jamás iniciado Canal de chino de Nicaragua. 

La verdad es que a medio plazo no se adivina una ruta alternativa que haga la competencia. Por su parte, la ACP potencia un buen servicio y realiza inversiones para garantizar a los clientes que se ufana de ser una empresa de confianza para el comercio mundial. 

La competitividad del Canal se ha visto puesta a prueba por diversos acontecimientos a lo largo de los años, desde el exceso de capacidad de la flota hasta el descenso de la demanda de materias primas y los bajos precios del combustible, pasando por los conflictos comerciales, entre otros. En el siglo largo que lleva funcionando, han procurado adaptarse al entorno tan dinámico en el que trabajan. 

Esclusa original de Miraflores del Canal de Panamá

Vayamos ahora a nuestro leit motiv. El agua. Desde que las nuevas esclusas comenzaron a funcionar en 2016, la calidad del agua y la garantía cuantitativa han ido convirtiéndose en un aspecto cada vez más importante para los clientes.  

Pues bien, la constitución panameña obliga a gestionar los aspectos cualitativos y cuantitativos con especial dedicación, ya que el agua para consumo humano almacenada en los embalses del canal es una prioridad absoluta. Mantener los niveles de salinidad dentro de los valores de referencia y prevenir cualquier riesgo asociado forma parte de esa responsabilidad, por lo que la calidad del agua del “lago Gatún” está sometida a estrictos controles periódicos. El objetivo, no es otro que garantizar que el agua almacenada sea prepotable  y  cumpla la legislación vigente en materia de agua potable. 

Para contribuir aún más a este esfuerzo, el Canal de Panamá acaba de inaugurar un Laboratorio de Calidad del Agua de última generación. Cuenta con la tecnología más avanzada para controlar el agua disponible a medida que se implementan otras soluciones de ahorro de agua. 

Cualquier persona que conozca someramente Panamá cree firmemente que allí el agua sobra. Pero en los últimos años, las sequías han sido más frecuentes. Además, cada vez hay más consumidores, porque la población no para de aumentar. Entre 1950 y 2022 la población pasó de 839 000 a casi 4,3 millones de habitantes. Más del 75% de los panameños habita en áreas urbanas y la mitad vive en la Ciudad de Panamá. Ciudad que “bebe” del Canal. Por otra parte, 2023 fue el tercer año más seco de la zona desde que el país comenzó a llevar registros hace más de 140 años. 

Como puede comprobarse, el único culpable no es el cambio climático. Así que no queda más remedio que importar agua de otras cuencas que no pertenezcan al Canal. Por resta razón, la implantación de un sistema más sólido de gestión del agua se ha convertido en una prioridad crítica en los últimos años y se han estudiado posibles soluciones, analizando las opciones dentro de la jurisdicción del Canal.  

Sin embargo, tanto los planificadores de la ACP como los del Cuerpo de Ingenieros del Ejército de Estados Unidos (el control militar del canal es competencia del ejército useño), están convencidos de algo muy importante. Con el agua de las cuencas canaleras (aquellas que son competencia de la ACP, no se podrá seguir satisfaciendo las demandas cada vez mayores de recursos hídricos. 

Toma de agua del Canal de Panamá para el abastecimiento

Hay que traer agua de otras cuencas o buscar soluciones no convencionales como la desalinización o la regeneración de aguas. Como en todas partes: O nuevo embalse o trasvase, o enchufe, filtro y bomba. Es el gobierno panameño quien deberá decidir cuál será la solución para adoptar.  

Y ya tiene una propuesta de la Junta Directiva del Canal de Panamá, presentada en septiembre pasado con dos peticiones. La primera, delimitar con exactitud las divisorias y la superficie de la cuenca hidrográfica del Canal. Y modificar, si fuera el caso, la definición establecida en la Ley 20 de 2006 

 La segunda, eliminar las restricciones impuestas al Canal en la Ley 28 de 2006 para la construcción de un nuevo embalse. En este sentido, la Autoridad del Canal de Panamá está dispuesta a comenzar inmediatamente a buscar su ubicación más idónea y realizar el proyecto constructivo. 

Mientras tanto, han adoptado planes de ahorro de agua en los esclusajes, que es donde más consumo se efectúa. Van funcionando bien, ayudadas por las últimas lluvias. Y ello permite aumentar el número diario de tránsitos, que en el fondo es el negocio del canal. 

Nuestro planeta se enfrenta a un reto enorme para conseguir que en todas partes el agua sea un recurso accesible para todos. El mito de los países en los que el agua no es un problema se va desvaneciendo. Panamá no es una excepción. Y en breve tendrá que decidir la solución a adoptar para garantizar que las operaciones del canal y el abastecimiento sean compatibles. 

Además del ya conocido cambio climático, hay otras razones. La periódica ocurrencia de fenómenos extremos del Niño es una . Y, sobre todo el hecho de que la población se ha quintuplicado en los últimos 70 años. Ojo a este dato.

Lorenzo Correa

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