Negrura de nubes que preludian las tormentas de mayo. Cuando acontece, el paisaje cambia radicalmente para dar la bienvenida al agua primaveral. Ráfagas de viento, remolinos en el seco lecho de un cauce polvoriento. Olor a ozono, aroma a tierra mojada, petricor.

Tormentas de mayo que despiertan a la naturaleza aterida y dormida después del largo invierno seco. Inspiráis en el poeta los buenos augurios que animan al agricultor y al paseante en ríos. Las cuencas sonríen al ver cómo las la vegetación de ribera recuperan su savia y su humor. Para convertirse en verdes jardines tan atractivos como esa primavera naciente que ya se intuye de verdad.

Descargan las tormentas de mayo aguas deseadas que los cauces reciben de la tierra para cumplir su sagrada misión de conductores de la vida. Y los embalses esperan impacientes a esos caudales haciéndoles sitio en su enorme vaso.

Solo cinco versos de un escueto y alegre quinteto sirven al poeta para llamar a las tormentas de mayo. Y ellas acuden presto, con orquesta de truenos y su función de rayos que mecen a la lluvia. Porque quieren ver cómo se convierte en agua que hace río. Y el poeta sólo os implora que vuestra furia no haga daño. Que bastante hace la sequía

Lorenzo Correa

Consigue nuestro libro «100 Poesías del agua» en Amazon

¿Te interesa la gestión seductora del agua mediante la generación de confianza en el usuario?

Contacta con nosotros para más información sobre la participación de Lorenzo Correa en charlas, conferencias, formaciones o debates a nivel internacional.