¿ Es seductora el agua del grifo? Nos preocupa la pregunta y por supuesto la respuesta. Por eso aquí hemos escrito bastante sobre los orígenes y la situación actual del drama que supone la ausencia de accesibilidad de las personas a fuentes de agua seguras y confiables. Es decir a que tengan un grifo en su casa y usen el agua que por él fluye para beber, limpiar y asearse con la máxima confianza y sin tener miedo de contraer una enfermedad por hacerlo.
Beber es un acto de confianza supremo y para beber el agua del grifo, debemos estar seducidos por quien nos la suministra. Los últimos datos de la OMS indican que 3 de cada 10 personas en el mundo carecen de acceso a agua potable y disponible en el hogar. Estamos hablando de 2.100 millones de seres humanos que ni siquiera pueden decidir si confían en la calidad de su agua del grifo. Porque no tienen ni agua ni grifo. De ellos, 263 millones están obligados a dedicar más de media hora diaria para ir a buscar agua en fuentes lejanas. Y 159 millones, los parias, beben agua no tratada directamente de ríos, arroyos o lagos.
Dejemos por hoy este dramático escenario. Y centrémonos en esas siete de cada diez personas que sí tienen acceso a agua potable en casa. Aunque no debemos olvidar los datos terroríficos de los que no tienen grifo ni agua y a veces ni casa.
Resulta que. Por ejemplo, en España se consumen 120 litros por persona y año de agua envasada. Y la industria del ramo experimenta un sostenido crecimiento en sus ventas. Que es solo apaciguado a medias por los efectos de crisis económicas pasajeras, como demuestra el dato de que en la crisis española 2007-2013, el consumo descendió un 20%.
Felizmente recuperados, los envasadores de agua presumen en España de vender la increíble cifra de 5,5 hm³ al año. De ellos solo exportan el 1%. Los datos nos siguen indicando que el 70% se consume en los hogares. Y el 30 % restante en los bares y restaurantes. Por eso, podemos suponer que hay 3.500 millones de litros de agua envasada a cuyos consumidores no les importa pagar a precio de mercado (560 millones de € al año). Son muchísimos españoles los que, a pesar de tener en su casa un grifo por el que fluye agua potable con las máximas garantías sanitarias los 365 días del año y las 24 horas del día, no la beben.
Pagamos más por un producto que tenemos que acarrear a nuestro domicilio. Que ,además produce residuos plásticos de difícil eliminación. Y que tenemos en casa en casa más barato. Esto solo se entiende porque los envasadores de agua han sabido seducir a sus clientes. Vendiendo salud en lugar de un líquido que limpia y quita la sed. Y que teóricamente llega a nuestra boca con las máximas garantías cualitativas y cuantitativas del operador de la red y del regulador del servicio. Además, del que se realizan constantes análisis para comprobar que cumple con todas las especificaciones de las exigentes normativas legales.
Por eso, como apóstoles que somos de la importancia de la seducción en la gestión del futuro del agua, nos preguntamos el porqué de que esta costumbre esté cada vez más extendida. Porque el consumo envasado sube del orden del 5% anual. Por ejemplo, un 5,4% entre 2016 y 2017. Así en casa ya nos bebemos 60,7 litros por persona y año. Además, ya hemos indicado aquí que la oferta del agua en el grifo de casa no es tan seductora como la del agua en botella.
Hay quien no seduce en cualquier caso. Por eso es menester deconstruir el discurso de la gestión del agua cuanto antes. Y cambiar la cultura nueva y vieja por seducción. Pero hay quien apuesta por la seducción, también en estos ámbitos del agua “de calidad” para beber tranquilamente los abuelos, los papás, los niños y los invitados cómodamente en casa. Y sin tener que acarrear kilos de peso, lidiar con plásticos y vidrios y depositar envases “non stop” en los contenedores verdes y amarillos, si los tenemos cerca. Para luego llenar los vertederos. Y comprobar como una masa de plástico tan grande como el estado de Texas flota en el mar para solaz de los peces y los turistas de los cruceros. Sin olvidar los micro y nano plásticos,
Veamos cómo lo hacen los empresarios emprendedores startuperos. La solución aportada por una empresa alemana, llamada Mitte Water, es interesante de reseñar. Porque ya tiene en el mercado un producto interesante que representa una alternativa al agua embotellada y con un lema muy sugerente por seductor: «Mejorar vidas mejorando el agua».
Mitte Water ofrece, utilizando el agua del grifo, disponer en casa de agua pura en dos sentidos, es decir sin sustancias contaminantes (bacterias, mercurio, plomo, etc) y a la vez mineralizada con los minerales adecuados. Purificando lo que fluye por el grifo y enriqueciéndola con minerales después.
Una de las incertidumbres que generan desconfianza en el agua del grifo es el no saber qué sucede entre la conducción general de agua potable que transporta la que procede de la planta potabilizadora y el depósito regulador, y el grifo. Esa red de distribución del edificio en que vivimos, ¿es de plomo?, ¿en qué estado de conservación se conserva? ¿Quién la controla?
Hay varias soluciones de mercado para filtrar el agua en casa, ósmosis inversa, filtración con carbono activo, destilación…pero en el caso de esta empresa, fundada en 2015 por el emprendedor Moritz Waldstein y el Dr. Faebian Bastiman, la diferencia está en que ofrecen una solución de destilación que, según ellos, mejora 60 veces la calidad del agua filtrada y cinco veces la de la osmotizada. Además cada consumidor puede “fabricar” su agua mediante la elección de uno de los tres paquetes de minerales naturales que la empresa suministra, en función de las necesidades nutricionales y personales de cada uno.
Mediante un proceso de destilación de alto rendimiento, el agua tratada filtro cumple los requisitos establecidos por la OMS en cuanto a calidad y a sólidos totales disueltos presentes en el agua, una vez tratada, pudiendo filtrarse hasta 12 litros al día con un bajo consumo de energía, que según el fabricante gasta la misma que una plancha durante media hora de funcionamiento. Así, en un hogar de 4 personas que beban 2 litros de agua cada una al día, el paquete mineralizador duraría casi un mes y medio.
Su estrategia de seducción se basa, por un lado, en colaborar con Water.org, https://water.org/ , la ONG estadounidense de ayuda al desarrollo que surgió de la fusión en el año 2009 de las organizaciones H2O Africa, del actor Matt Damon, y WaterPartners, del ingeniero civil y ambiental Gary White. Como el objetivo de Water org es ayudar a países en desarrollo sin acceso al agua potable y saneamiento y su presencia ya se nota en Etiopía, Ghana, Kenia, Tanzania, Uganda, Bangladesh, Camboya, India, Indonesia, Filipinas, Brasil, Honduras y Perú.
Qué mejor noticia que la colaboración seductora de Mitte Water con Water org en una forma tan simple como que por cada litro de agua Mitte que el cliente consuma, Mitte donará una cantidad a Water.org para colaborar en su tarea de llevar agua segura al mundo a través del acceso a préstamos pequeños y asequibles.
Se trata del conocido “WaterCredit”, que ofrece préstamos pequeños y fáciles de reembolsar a quienes necesitan acceso a financiamiento asequible. Y también la colaboración de expertos para conseguir tener en casa un agua buena y disfrutar de los sistema de saneamiento adecuados.
Por lo tanto, ayuda a garantizar el funcionamiento de un sistema de pago por adelantado. Y así permite ayudar a más personas de forma duradera. Gracias a eso ya se ha cambiado la vida de siete millones de personas. Se ha conseguido a través de WaterCredit. Mediante la ayuda de personas e instituciones que han conseguido distribuir a un millón seiscientas mil personas préstamos por valor de 463 millones de dólares.
La otra parte de la estrategia de seducción es el marketing. O sea, la forma de vender el producto. De la misma forma que las envasadoras de agua venden salud. O que las administraciones públicas no lo hacen o no saben hacerlo, Mitte también se apunta a la estrategia seductora de vender mucho más que millones de moléculas con dos átomos de hidrógeno y uno de oxígeno.
Y vende agua nutritiva a través de los paquetes mineralizadores antes citados. Eso sí, enfatizando que “su” agua es mejor que el agua del grifo convencional, a la que saca los colores con datos tales como:
- Las penosamente mantenidas y conservadas redes de los Estados Unidos y la tímida aplicación de la legislación ambiental. Ellas provocan que millones de personas estén allí bebiendo agua contaminada. Si leen la página web de “Threats on Tap”: https://www.nrdc.org/resources/threats-tap-widespread-violations-water-infrastructure, textualmente comprobarán que en el año 2015 se informó de 843 violaciones de la Ley de Agua Potable Segura en 18.094 redes de abastecimiento de EEUU . Algunas fueron amenazas a la salud y otras, faltas administrativas de control y notificación. En los 50 estados hubo infracciones. Dichas redes prestan servicios a casi 77 millones de personas. Es decir, la cuarta parte de la población total. En futurodelagua.com ya explicamos en su día la crisis de Flint, auténtico aldabonazo en la conciencia de los consumidores de agua de la red de EEUU.
- Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, más de 19 millones de estadounidenses enferman cada año por beber agua contaminada. Cuanto más pequeña es la red de abastecimiento, más violaciones de la Ley se producen
- En muchas ciudades, las canalizaciones que distribuyen agua a las casas tienen entre 80 y 100 años de antigüedad. Y el agua que “toca” plomo fluye en una cantidad no concretada. Ya se estima que lo toca en entre 6 y 10 millones de canalizaciones en alta. La mayoría de las potabilizadoras, usan tecnología de hace un siglo para el tratamiento del agua. La EPA estima que el gobierno necesitaría gastar casi $ 400 mil millones para actualizar la infraestructura de agua. Ahora ya tienen la Ley Bipartidista. A ver qué pasa.
En fin, estos son los poderes “seductores” de la estrategia de las empresas que pretenden garantizar una agua de calidad para beber del grifo. Y sin necesidad de salir de casa a buscar agua envasada que genera plásticos difícilmente reciclables.
Por ahí va el futuro del agua. El más seductor, se llevará, como siempre, el gato al agua. Ahí tienen un reto los defensores del agua pública y ese reto no es otro que conseguir seducir a sus clientes generando confianza en que lo que les suministran es salud, además de agua.
Como vemos, la empresa privada ya hace mucho tiempo que sabe lo que tiene que hacer
A todos nos toca adaptarnos a tiempos difíciles. Porque esa «dificultad» es inherente a la época, sea cual sea, en la que le toque vivir a un ser humano. Por eso, la adaptación siempre ha sido la clave para alcanzar el futuro. También el futuro del agua. Y, para adaptarnos correctamente, nada mejor que quedarnos con lo positivo de la situación y hacer que haga olvidar lo negativo, aunque sea un rato cada día.
Sin duda, leer es ideal para cambiar el pensamiento y aprender algo mientras tanto. Por eso, en futuro del agua, les seguimos suministrando unos minutos de lectura semanal, con poesía incluida, que colaboren en hacer el trago más llevadero en estos tiempos del post coronavirus
En esta ocasión, se nos ocurre que plantear algunas preguntas y respuestas sobre la gestión seductora del agua.
Algunos lectores de futuro del agua se preguntan qué pinta la seducción en un ámbito tan “científico” e incluso tan político como es el de la gestión del agua. Su argumento es que los conflictos del agua son muchos. Que los bandos de “pros” y “antis”, son aparentemente irreconciliables. Así las cosas, la controversia no tiene fecha de finalización prevista y la seducción no es una solución.
Quizás, alguien entre nuestros seguidores, en los 10 años que llevamos escribiendo, tuvo la esperanza de encontrar aquí una fórmula infalible. E ideal para resolverlo todo de manera sencilla, rápida y económica. Pero no la encuentran.
Respondamos a sus oportunas preguntas con nuestros argumentos. Para encontrar soluciones y dirigirnos hacia ellas, primero tendremos que conocer cuál es el problema y en qué parte se origina en nuestra actitud. Porque no todo es culpa de “los políticos”, de “los demás”, de “los malos técnicos”, del “cambio climático”, del “Niño”… sino que también es culpa de todos y cada uno de nosotros en tanto que individuos que somos.
La confusión tiene su origen, en nuestra opinión, en que la emoción, tan presente en el futuro del agua como el hidrógeno o el oxígeno, solo entra en juego cuando dejamos de escuchar, cuando perdemos la confianza en quienes deberían darnos esas soluciones con el dinero que pagamos de nuestros impuestos.
Nuestra apasionada propuesta de cambio de paradigma se fundamenta en dejar que la emoción entre antes en juego y no después. Para ello, en lugar de dar soluciones, nos hacemos preguntas y preguntamos. Reflexionamos y reflexionamos de nuevo sobre nuestras reflexiones. Eso es lo que hacemos al escribir aquí y lo que hacen todos los que nos comentan algo o se lo comentan a ellos mismos y a sus prójimos más próximos. Comunicarnos. Con preguntas y respuestas
Prediquemos entonces con el ejemplo y formulemos las preguntas, acompañadas de nuestras respuestas:
¿Para qué gestionar el agua?
Para llegar a tener una garantía universal de suministro, de preservación del patrimonio, de respeto máximo a un derecho humano y de que los pueblos aborígenes tengan también su acceso garantizado.
¿Cómo se gestiona?
Planificando cíclicamente con participación de todos, concesionarios, propietarios en su caso y resto de usuarios miembros de una red pública o privada. Adaptando la planificación a los cambios “naturales” (cambio climático, aumento de población y de nivel de vida). También a los “artificiales” (mejora de las técnicas y modificaciones en la legislación). Y definiendo los costes de la gestión, quién los paga, cómo se financian y cómo se satisfacen.
¿Cuál es el papel de lo público?
- asegurar el cumplimiento de la ley
- regular con eficacia e independencia al operador y controlarle,
- respetar la preservación del medio,
- garantizar un reparto solidario a todos los usuarios
- proteger de las inundaciones,
- establecer una tarifa justificada para pagar los servicios del ciclo del agua desde que llega al usuario hasta que vuelve al medio y los costes ambientales de la no derivación del cauce del agua necesaria para preservar el patrimonio con la calidad y la cantidad adecuada, y
- generar confianza en el cliente para que pague el servicio distinguiendo el pago: por lo que usa, por lo que deteriora, por la preservación y restauración del medio (con sus controles exhaustivos, continuos y carísimos) y por la protección contra las inundaciones.
¿Quién lo hace?
Una administración pública del agua compuesta por personas. Que habrán de estar formadas y disponer de experiencia también como funcionarios, no solo como gestores empresariales del agua. Conviene distinguir entre funcionario del agua y ejecutivo del agua…no es lo mismo. Ello exige formación (aptitud) y proactividad entusiasta (actitud).
¿Qué papel juega la política en la gestión del agua?
El de promover y aportar una legislación adecuada las circunstancias sobre el agua en un país concreto o en una comunidad de países y homogeneizar dicha legislación con el derecho internacional y la de los países con cuencas compartidas o intereses y tratados comunes, como es el caso de la Unión Europea
¿Cómo se hace una política del agua eficaz?
Legislando para conseguir un objetivo. Legislar solo por disponer de leyes, no es suficiente: antes hay que definir el objetivo para el que se legisla. Y cumplirlo y hacerlo cumplir
¿Qué objetivo definimos?
Gestionar los recursos existentes en un país o comunidad de países para garantizar usos diversos a la ciudadanía. Eso sí, sin afectar al patrimonio hídrico de las cuencas (ecosistemas). Ese objetivo debe ser asumible por el país, previo inventario de sus recursos propios (aguas superficiales y subterráneas). Pero también de los que puedan ser aportados (aguas reutilizadas, desalinizadas, recicladas…).
Además, debe estar tasado en el tiempo, mediante una planificación cíclica con objetivos intermedios al final de cada ciclo. Que ha de ser asumido por los usuarios, presentando las propuestas con tiempo y en la forma adecuada para que sean inteligibles por todos ellos. Y con un presupuesto asumible que garantice su viabilidad económica. Por último, debe ir acompañado de un compromiso de estado que garantice su cumplimiento con independencia del color del gobierno en el poder. Agua, convivencia y supervivencia
¿Quién lo lleva a cabo?
Una administración tecnificada, experta y humana, formada por personas que asuman que su trabajo es un trabajo vocacional y de servicio a sus conciudadanos. La ética personal y gremial, el hecho de darle importancia a la vertiente emocional de la gestión del agua, debe ser la garantía de independencia en el funcionamiento de la administración del agua. Así se ganará la confianza en el administrado. Así se seducirá al cliente, que es quien paga y juzga cada día.
Definido nuestro objetivo, el siguiente paso es escuchar a todo el mundo hasta llegar al consenso en lo básico, que es lo emocional. Y comenzar entonces y solo entonces, a trabajar en lo técnico. Ese es el momento del tan cacareado pacto del agua, ni antes ni después. Pacto del que siempre se habla, pero que nunca llega.
Hay otras muchas maneras de hacerlo, pero solo hay que comprobar el resultado que dan. ¿Probamos con la seducción?.
Hagan sus preguntas, esa es la mejor manera de iniciar el camino para hacer realidad el pacto. y mientras tanto, sigamos caminando juntos, si así les parece, hacia el futuro del agua
Lorenzo Correa
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